LEITZA - Dice Oinatz Bengoetxea (Leitza, 1984) que mereció la pena. Que el logro bien merecía una buena celebración a su altura. Lo dice el delantero navarro un día después de haberse coronado como campeón del Cuatro y Medio. La última estrella que le faltaba a su historia, su última marca en un palmarés impresionante. Con la victoria en la jaula de este curso, Bengoetxea VI puso el acento en su último desafío en la mano profesional, le de reinar en las distancias cortas. Ahí nace la leyenda del leitzarra, el segundo de su pueblo en alcanzar la Triple Corona.

En total son siete los manistas que han reinado en las tres modalidades -Parejas, Manomanista y Cuatro y Medio- y cinco continúan aún en activo. Fueron pioneros Julián Retegi, el pelotari más laureado de la historia, y Fernando Arretxe, un auténtico todoterreno de las canchas. Después, el turno fue de Juan Martínez de Irujo quien, además, consiguió todo en 2006 y repitió en 2014. Aimar Olaizola completó el póquer en 2008. Se le resistió el Parejas. Lo mismo pasó con Abel Barriola, quien triunfó en el individual acotado en 2001 y a toda la cancha en 2002, pero tuvo que esperar hasta 2014 para cerrar el ciclo. Mikel Urrutikoetxea lo hizo en un solo año: entre 2015 y 2016. Oinatz selló el domingo su camino, desde el Manomanista de 2008 y el Parejas de 2014. El leitzarra es el séptimo magnífico de la nómina de pelotaris más completos de todos los tiempos. Bengoetxea VI ya tiene su nombre en la historia. Los libros de la pelota le recordarán siempre dentro de los mejores en una lista en la que solamente se encuentran los más destacados. “Estoy contento. Es un honor estar ahí con todas esas figuras. Estoy muy satisfecho con el logro”, declara a DNA el puntillero, quien certifica que “estoy contento porque voy a aparecer como uno de los pocos pelotaris que hemos conseguido las tres txapelas. Estos años he trabajado mucho. No me merezco más que otros, pero merezco como otros también. Ni más, ni menos”.

Homenajeado en Leitza con sus amigos y familia, el navarro pudo celebrar el triunfo ante Jokin Altuna por 22-21 con hambre. Tras la tralla, ayer seguía “muy cansado”. El puntillero arguye que “el partido fue muy intenso, frenético, con mucha tensión, muchos pelotazos”. Y es que, tal y como afirma, “acabé físicamente muy agarrotado y mentalmente muy cansado”. Tal fue la dureza, que, al término de la contienda, confesó tener el brazo derecho de piedra, duro, sin movilidad. Una parada al txoko, la sabiduría y la picardía le salvaron. “Después del choque tuve que coger masaje, porque tenía el brazo totalmente agarrotado. Hoy -por ayer- me encuentro mejor”, sostiene. Le valió una txapela. “Con la alegría de ganar el partido y llevarte el título, te recuperas mucho más fácil. Fue muy especial el partido y ganar, porque era la final, la txapela, el Cuatro y Medio y ante Jokin Altuna, un pelotari increíble. Más bonito no puede ser”, desgrana el puntillero de Asegarce, quien asomó en verano relegado por su operadora excepto en las ferias de San Fermín y Aste Nagusia.

Regalaron tanto Oinatz Bengoetxea como Jokin Altuna un choque espectacular por emocionante, que no se desequilibró hasta el último cartón, del que confiesa el leitzarra que “lo importante es que disfrutó el público”. Y es que, el navarro no pudo degustar la cita. “Sufrí muchísimo durante toda la final. Jokin es un pelotari muy incómodo contra el que jugar, porque esconde muy bien cada uno de sus golpes. Jugar contra él es muy complicado. Nunca sabes a dónde va a dirigir la pelota. No disfruté nada en la cancha y ese sufrimiento tuvo su fruto. Luché y la suerte me ayudó”, argumenta el campeón de Leitza.

Bengoetxea VI expone que “no esperaba tanta igualdad, pero podía ser. Jokin te mete en su juego y te hace un lío. Es totalmente impredecible. Contra él, no sabes cómo van a ir los partidos”. Por ello, el planteamiento del leitzarra se basó en un juego más largo. “En los cuadros alegres, Jokin es el mejor. Yo me amoldo bien, pero él es el mejor de todos. La verdad es que intenté jugar más largo”, señala Oinatz, quien agrega que “Altuna jugó más a pelota, jugó mejor, pero no estuvo bien restando. Creo que ahí estuvo la clave, que yo resté mejor que él”. El saber estar, sufrir, revolverse con el marcador en contra, fue imprescindible para el triunfo. “Mentalmente no es fácil estar en esa situación. Creo que Jokin demostró mucha madurez. Estuvo de principio a fin muy competitivo aunque tiene 20 años. Dará muchas alegrías a la pelota de aquí en adelante”, advierte Bengoetxea VI, que también acusó los nervios: “Al principio estuve bien, pero me incomodó con su pelota. Su patrón te pone nervioso, porque no sabes dónde va a echar el cuero. Eso te pone tenso”.

la celebración El delantero de Lei-tza, después de llevarse la txapela a casa, fue homenajeado por sus vecinos. “Hemos celebrado de la manera que se merece un logro como este. Fuimos 160 personas y lo pasamos muy bien. Hubo un gran ambiente: bertsolaris, bailes y de todo. Fue completo”, revela Bengoetxea VI, quien cuenta que “después del partido terminé al límite de mis fuerzas, pero pude descansar y disfrutar de la txapela rodeado de amigos”.

El título ya reside en casa del de Asegarce, el nuevo campeón de la jaula, pero el domingo durmió “en el coche”. Oinatz tiene un “hueco” reservado para la tercera txapela de sus catorce años de carrera deportiva, que le pone rumbo a los libros de historia.

Julián Retegi. Es el pelotari con más títulos de la historia. El delantero de Eratsun consiguió once txapelas del Manomanista entre 1980 y 1993, cinco del Parejas entre 1987 y 1997 y cuatro de la ‘jaula’ entre 1989 y 1997. En 1990 se convirtió en el primer manista en hacerse con los tres títulos en un solo año.

Fernando Arretxe. El pelotari de Luzaide fue una rara avis que brilló de zaguero y de delantero en sus últimos años. Tiene dos Manomanistas (1994 y 1997), tres Parejas (1991, 1992 y 1994) y un Cuatro y Medio (1996).

Juan Martínez de Irujo. El pelotari de Ibero es uno de los más destacados de la historia. Tiene cinco títulos del Manomanistas (2004, 2006, 2009, 2010 y 2014), cinco del Parejas (2005, 2006, 2009, 2013 y 2014) y tres del Cuatro y Medio (2006, 2010 y 2014). Es el primer pelotari en alzarse dos veces con todos los cetros en una sola temporada: 2006 y 2014.

Aimar Olaizola. Es el más laureado en el acotado, especialidad en la que tiene siete cetros (2002, 2004, 2005, 2008, 2011, 2012 y 2013). Además, ganó cuatro Manomanistas (2005, 2007, 2012 y 2013) y tres Parejas (2008, 2011 y 2016).

Abel Barriola. Ganó el Manomanista en 2002 y el Cuatro y Medio en 2001. Cerró su Triple Corona con el Parejas de 2014.

Mikel Urrutikoetxea. Urrutikoetxea es el único pelotari de fuera de Nafarroa en tener los tres títulos. Ganó el Parejas de zaguero en 2016, el Manomanista de 2015 y el Cuatro y Medio de 2015.

Oinatz Bengoetxea. Oinatz Bengoetxea ganó el Manomanista de 2008, el Parejas de 2015 y el Cuatro y Medio de 2016.