Bilbao - Carolina Marín abrió un camino cuando descubrió el bádminton. Ella apostó por un deporte poco conocido, su rareza le asombró, y sacó a la luz una modalidad acostumbrada a vivir fuera de los focos. Ahora, el bádminton cada día es más conocido y su futuro, los próximos nombres que lucharán contra la onubense, se citan en Bilbao.

¿Qué supone la celebración del Iberdrola World Junior Championship para Bilbao?

-Me gustaría dar la enhorabuena a Bilbao por ser la sede de este Campeonato del Mundo Junior y para mí ha sido un placer apoyar esta candidatura porque traer el bádminton aquí es un privilegio. Ya digo que para mí este no es un deporte minoritario, es bastante más conocido que antes. También quiero dar las gracias a Bilbao por haberme recibido.

¿Puede este torneo suponer un impulso para el bádminton?

-Creo que hoy en día los medios de comunicación están apoyando bastante al bádminton, pero sigue faltando que explote más. Estaría bien que dieran clases en los colegios y hagan actividades en las ciudades para que los niños se sientan atraídos por este deporte y lo quieran practicar.

En su caso, ¿qué le hizo decantarse por el bádminton?

-La rareza de este deporte. No era habitual saber sobre bádminton, lo que más me atrajo fue el volante. En España estamos acostumbrados al tenis y cuando jugué al bádminton por primera vez, vi que era diferente la raqueta y, sobre todo, el volante fue lo que más me llamó la atención.

¿Cómo animaría a la gente a practicar este deporte?

-El bádminton tiene muchas dimensiones. El de iniciación es muy básico y muy fácil de practicar. Lo puede hacer cualquiera. Lo que pasa es que cuando tienes que sacarle más partido, ya no tiene nada que ver. Animo a la gente también a verlo en vivo porque no tiene nada que ver hacerlo en la tele o en directo. Mucha gente me ha dicho que ha alucinado al ver lo rápido que es y lo lento que se ve en la tele.

En este campeonato hay muchos compañeros suyos, ¿cómo está viendo su actuación?

-Les he visto bastante bien. Lo he seguido desde la distancia, desde mis entrenamientos en Madrid, pero sí que tengo mucho contacto, sobre todo, con las chicas. Me han contado que el ambiente en el equipo está siendo bastante bueno y eso es lo más importante.

¿Qué siente al ser un referente para estas nuevas generaciones?

-Me ha tocado a mí y estoy encantada de haber abierto este camino para que en el futuro los jóvenes vean que nada es imposible. En España nunca se había hablado de bádminton y nadie imaginaba que se iba a conseguir una medalla en un campeonato de Europa o del mundo, mucho menos en unos Juegos Olímpicos. Detrás de esas medallas hay mucho esfuerzo y horas de trabajo, pero con eso todo es posible.

¿Cómo le ha cambiado la vida desde que ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos?

-Ya no paso desapercibida. A cualquier lado que voy, la gente me reconoce y para mí es un placer porque eso significa que también conocen el bádminton. Para mí suponen un empujoncito más los mensajes de apoyo que recibo.