donostia - La buena defensa del IDK Gipuzkoa en su partido del pasado sábado frente al Cáceres provocó que muchos de los tiros del conjunto extremeño rebotaran en el aro y salieran disparados hacia arriba o hacia los lados... y casi siempre a las manos de Gisela Vega, que parecía tener un imán para los balones sueltos. Hasta 22 rebotes capturó la pívot argentina de 34 años, una cifra que le dejó cerca del tope histórico de la Liga Femenina, que es de 25 rechaces, logrados por Natalia Urdiain en 1997. Los 22 de Vega suponen su mejor cifra personal y el tope de la actual temporada, además de igualar la mejor marca del IDK Gipuzkoa en esta faceta, en propiedad de Cierra Bravard, que cogió 22 rebotes en la 15ª jornada del pasado curso.
Lo mejor de todo para Gisela Vega es que su extraordinaria actuación personal -además de los 22 rebotes sumó 15 puntos- sirvió para que el equipo guipuzcoano zanjara su racha de cuatro derrotas consecutivas y se impusiera por 66-41 al Cáceres. “Necesitábamos esta victoria. La racha mala ya empezaba a pesar un poco, estábamos un poco ansiosas porque queríamos ganar. Estamos contentas porque se cumplió el trabajo que nos pedía la entrenadora. Ganar habiendo hecho el trabajo hace que empieces la semana con otra mentalidad”, reconocía entonces en el Gasca la pívot del IDK. Su labor y la del resto de sus compañeras en labores defensivas hizo que el Cáceres se quedara únicamente en 41 puntos, que supone la anotación más baja recibida por el IDK Gipuzkoa en sus cuatro años en Liga Femenina.
Hasta ahora la mejor cifra defensiva era el 42-61 conseguido la pasada campaña en la cancha del CREF ¡Hola!. Además, las guipuzcoanas habían dejado a su rival en 48 puntos en otras cuatro ocasiones “En defensa salimos a matar, impusimos desde el principio nuestro ritmo. Todas nos contagiamos y cada una sumó”, concluyó la pívot argentina al respecto. - DNA