Phillip Island - La consecución del título de MotoGP en Japón ha engendrado un extraño Gran Premio de Australia, que por otro lado traía consigo la carrera con más títulos de la categoría reina de la historia, 14 contando el de Nicky Hayden, sustituto ayer del lesionado Dani Pedrosa. Uno por exceso y otros por defecto, el caso es que Cal Crutchlow se recreó en ese desorden para triunfar.
Marc Márquez, flamante campeón de la categoría reina, aterrizaba pletórico en Phillip Island. Con ese mismo ímpetu con el que afrontaba la prueba, desencadenado ya con su corona ceñida, sin nada que perder, su ambición le catapultó a la grava. “Quizás cuando eres campeón no prestas la misma atención, no ves tanto los riesgos”, confesó. Mientras, heridos anímicamente los pilotos del equipo oficial Yamaha, Valentino Rossi y Jorge Lorenzo, desde las catacumbas de la parrilla de salida, emprendieron este raro gran premio, marcado, además de por estar decidido el campeonato, por la lluvia, que obligó el viernes a suspender los entrenamientos y que el sábado condicionó la sesión de calificación. Así se parió una carrera nada común.
Márquez, sin la represión de sus impulsos autoimpuesta para recuperar la corona de MotoGP, perdió la regularidad que le hacía ser el único piloto de las tres categorías del Mundial que había puntuado en todas las citas del año. 15 veces se ha caído esta temporada, y una sola en carrera, ayer, cuando lideraba con mano de hierro, presto a entonar cánticos de gloria. Exceso de confianza o pecado de relajación, como quiera entenderse.
Rossi y Lorenzo, fruto del pésimo planteamiento sabatino, salían tan mal que el italiano no se veía tan retrasado en una parrilla desde 2011 y el mallorquín, desde 2013. Eran 15º y 12º, respectivamente. Lorenzo luego se dejaría llevar, impropio, quizás pensado en su nuevo periplo en la casa de Ducati, porque sería sexto. “Desde la primera vuelta no tuve grip”, lamentó. Fue e italiano quien dejó en evidencia a Jorge, porque, siempre con apetito Il Dottore, dio la impresión por unos instantes de poder incluso pelear por la victoria. Acabaría segundo Rossi con una hermosa remontada.
Uno por exceso y otros por defecto, surgió en este extraordinario contexto la figura de Crutchlow, adalid del árido motociclismo de su tierra. Corría 1979 cuando por última vez un británico ganó dos carreras en un mismo curso. Fue obra del genial Barry Sheene, el piloto del pueblo. Se ha quemado mucha gasolina desde entonces. Crutchlow estrechó ayer este desierto. Levantó un oasis en el páramo. Ganó por segunda vez en 2016.
Se cuenta entre bastidores que a Crutchlow le ha sentado como una patada en las mismísimas partes nobles la renovación de contrato de Dani Pedrosa con Repsol Honda, porque atisbaba posibilidades de dar el salto al equipo oficial, a pesar de correr con una máquina de la más laureada de las marcas japonesas camuflada con pegatinas de satélite pero con potencial de pata negra. Se dice que el artífice de la continuidad de Pedrosa ha sido Márquez, su compañero de filas, que con su influencia ha podido ser clave en la negociación. Se especula con que esta decisión ha estado fundamentada en el hecho de que Marc tiene controlado a Dani, por eso apuostó por él. Conoce sus límites, fronterizos con el hecho de ser competencia de la lucha por el título, al menos así ha sido hasta ahora. Se baraja que Márquez no quería sorpresas que pudieran traer consigo otros pilotos. De ser esto cierto, la alargada sombra de Marc ha podido ser una inyección de rabia cuyo efecto quedó ayer plasmado por Crutchlow, que quién sabe si hubiera podido luchar con Márquez por la victoria de no ser por la caída del de Cervera a falta de 18 vueltas de las 27 pactadas. Cal dijo que sí. Quedará esa incógnita.
rossi ata el subcampeonato Desde luego, Crutchlow puso firme a Rossi, mutiló sus más pretenciosas voluntades. El italiano llegó a estar a poco más de un segundo y medio del británico cuando éste ya era líder en solitario y restaba más de media carrera por delante. Se había escapado Vale de los Viñales, Aleix Espargaró -que se caería en el fragor de la batalla- o Dovizioso, quienes se fajaban por un tercer puesto que firmaría Maverick, el cuarto podio del año para él. Pero la elección del neumático delantero duro por parte de Crutchlow, en lugar del blando que montó Rossi, pudo ser un factor determinante. Temprano claudicó Il Dottore, que también es cierto que corre por retener la segunda posición del campeonato. “Cal ha sido demasiado rápido”, diría el transalpino. Crutchlow rodaba endiablado, quizá espoleado por lo que tal vez considera ninguneo de Honda.
Con las caídas de Márquez y de Hayden -pudo volver a pista y ser 17º y último-, paradójicamente Crutchlow fue el único piloto de Honda en puntuar. Es el que más ha sumado en las últimas seis carreras, más incluso que el campeón Márquez. Está de dulce el británico, que persigue un cariño por parte de la marca que se materialice con una mejora de las condiciones. Por ahora debe esperar. Mientras tanto gozará de nuevas oportunidades de demostrar su valía con victorias como la de ayer, reverdeciendo los tiempos de gloria del motociclismo británico. Este año gozará de dos chances más para reivindicarse: Malasia y Valencia.
Gran Premio de Australia
1. Cal Crutchlow (Honda) 40:48,543
2. Valentino Rossi (Yamaha) a 4,218
3. Maverick Viñales (Suzuki) a 5,309
Campeonato del Mundo
1. Marc Márquez (Honda) 273 puntos
2. Valentino Rossi (Yamaha)216
3. Jorge Lorenzo (Yamaha)192
Gran Premio de Australia
1. Thomas Luthi (Kalex)39:15,891
2. Franco Morbidelli (Kalex) a 0,010
3. Sandro Cortese (Kalex) a 0,530
Campeonato del Mundo
1. Johann Zarco (Kalex) 226 puntos
2. Thomas Luthi (Kalex) 204
3. Alex Rins (Kalex) 201
Gran Premio de Australia
1. Brad Binder (KTM)16:22,009
2. Andrea Locatelli (KTM) a 5,937
3. Aron Canet (Honda) a 9,594
Campeonato del Mundo
1. Brad Binder (KTM) 294 puntos
2. Enea Bastianini (Honda) 164
3. Jorge Navarro (Honda) 143