Vitoria - En su mesilla de noche aún descansa el último libro escrito sobre Alex Honnol, Alone on the wall (Solo en la pared), un relato muchas veces estremecedor sobre uno de los mejores escaladores de solo integral del mundo que encierra, en palabras del propio autor, las verdades esenciales del riesgo así como la recompensa que ofrece la escalada en solo integral, esto es, a pelo, libre de cualquier tipo de atadura o soporte de seguridad. En un símil más terrenal que las montañas que acostumbra a desafiar Honnol, el triatleta vitoriano Eneko Llanos afronta también este fin de semana su particular batalla contra sí mismo en el siempre exigente Mundial de Kona (Hawai), una cita que ya ha visitado en diez ocasiones y que el pasado año solventó con un notable séptimo puesto. A escasas 48 horas de su enésimo desafío, el vitoriano encara la prestigiosa cita con la serenidad propia de quien ya conoce lo desconocido y atesora además la experiencia de haber coqueteado con el triunfo, que en su caso es lo mismo que hablar de la inolvidable edición de 2008, donde fue segundo a solo tres minutos del vencedor. Hasta la fecha, aquella machada continúa siendo el mejor registro de su palmarés.
Según el testimonio del propio triatleta, su estado de forma de cara a la prueba es “bueno” y consecuencia de una pretemporada de casi 50 días enfrascado de lleno en ambientes y orografías muy parecidos a los que se va a encontrar este fin de semana, donde su objetivo parece claro: mejorar su actuación del año pasado, donde sufrió en exceso los rigores de la durísima maratón, sin duda el sector donde más sufre el pequeño de los Llanos. En este sentido, esta limitación unida a algunos problemas gástricos provocaron do el abandono de la prueba en tres ocasiones. “Para mí la carrera perfecta este año sería terminar como en 2015 pero firmando una buena maratón. En los últimos Ironman no he rendido a mi nivel en la carrera a pie, por lo que si me sale una maratón decente creo que puedo tener un buen resultado”, explica el triatleta a este diario desde Kona, donde al contrario que el año pasado, ha llegado esta vez con solo 12 días de antelación para aclimatarse en lugar de los 19 que permaneció en la isla en 2015. “Lo he probado todo a la hora de venir aquí y es curioso comprobar que mis mejores resultados se han dado cuando he llegado con menos tiempo a la isla, pero tampoco creo que sea un factor determinante. Me suelo adaptar rápido al cambio horario y no sufro el jet lag”, abunda Eneko, para quien el factor competitivo continúa siendo fundamental a la hora de enfrentarse a pruebas y rivales del nivel de los que va a tener este sábado enfrente. Con la mente puesta en colarse en el Top ten al final de la jornada, Llanos diseñó hace meses una preparación específica “y casi perfecta” para llegar a Kona en el punto óptimo de ebullición. Así, para aclimatarse a la isla ha permanecido 26 días en el Club Santa Rosa de Lanzarote -isla con calor, viento y orografía muy similares a las de Kona- y otras 20 jornadas en Vitoria, “un lugar ideal para entrenar” antes de partir a Hawai, donde Llanos se ha probado en las últimas horas en las franjas horarias de máxima temperatura.
la salida, el sábado a las 06.30 Con los deberes, por tanto, ya hechos, solo queda esperar al gran día. Descansar, hidratarse y visualizar en la víspera todos los sectores antes de que el bocinazo de salida haga estallar los niveles de adrenalina que llevan acumulando los triatletas desde hace días. Para salir de dudas respecto al papel de Eneko habrá que esperar a la madrugada del domingo. La prueba comenzará a las 06.30 del sábado (12 horas más en Vitoria).