Vitoria - La figura de Eli Pinedo ha trascendido al propio balonmano y desde los Juegos Olímpicos de Londres 2012 se ha convertido en un personaje de referencia dentro del deporte español. Sus logros deportivos con la selección, su eterna sonrisa y su desparpajo e interesante discurso delante de cámaras y micrófonos le han convertido en un personaje a seguir. Y esa exposición mediática que no tiene parangón en su disciplina la ha aprovechado la de Amurrio a la perfección para reclamar constantemente un mayor seguimiento a los deportes fuera del fútbol y también un mayor reconocimiento del trabajo de las mujeres en todos los ámbitos profesionales. Una guerrera dentro de las canchas, pero también fuera de ellas, donde se ha convertido en una voz de referencia en pos de la igualdad en el tratamiento a hombres y mujeres.

Alegre e impaciente, admira a “cualquier mujer luchadora”, en su reproductor de música no falla Vetusta Morla, es “defensora de la gente que se preocupa por ponerse guapa”, de pequeña les decía a sus padres que quería “estudiar Turismo para ser turista”, se derrite ante un arroz bomba con hongos y foie acompañado de una cerveza, aunque su verdadero vicio es ir de compras.

Ha sido protagonista en campañas, charlas e iniciativas de todo tipo más allá de la visibilización de la mujer, como la lucha contra el racismo o los insultos en el deporte y la divulgación de la fibromialgia. Con respecto a este último apartado tiene una anécdota de lo más curiosa. En un partido en Etxebarri, alguien desde la grada le gritó ¡Miss Euskadi, deja de protestar! y asegura que al escucharlo se puso roja y se descentró por completo.

A pesar de haber vivido profesionalmente del balonmano, Eli Pinedo nunca ha dejado de pensar en el futuro y, aunque quiere seguir ligada a su deporte, completó la carrera de Pedagogía y también es peluquera. Amante del estilismo y de la moda -es imagen publicitaria de Eguzkilore Joyas y ha protagonizado reportajes en revistas especializadas-, ejerció con las tijeras en Donostia y también dentro del vestuario del Bera Bera. Eso sí, a ella no le gusta nada que le toquen el pelo y algún enganchón ha tenido en la cancha a cuenta de ello.

En 2008 fue, junto a su hermana, pregonera de las fiestas de San Roque de Amurrio. Ahí ya demostró que lo de dirigirse al público desde un micrófono se le daba bien. Tras Londres’12 se convirtió en una referencia en los medios de comunicación y desató una incansable actividad en las redes sociales, además de escribir habitualmente en su web personal. En una de sus últimas intervenciones, invitaba a la reina Letizia a acudir en 2017 a presenciar la final de la Copa de la Reina. “Anímese Doña Letizia y acérquese a vernos el año que viene. Se trae a las niñas, que lo van a pasar genial disfrutando de un deporte tan bonito. Sería un apoyo enorme para todas las personas que vivimos con pasión este mundo nuestro del balonmano femenino”. Puede que la reina acepte la invitación. Sería un triunfo más de la guerrera de Amurrio.