Río - España consiguió su tercera medalla olímpica consecutiva en un partido disputado a cara de perro, sobre todo en el último cuarto, y con suficientes toques de calidad por los dos bandos que hizo que ambos se hicieran merecedores de subir l tercer escalón del podio. Pero dos tiros libres anotados por Sergio Rodríguez a cinco segundos del final, tras una falta discutible señalada a Mills, adelantaron a España y, luego, los oceánicos no pudieron sacar nada en su última posesión
El filo en el que se mueven muchos partidos y que en los dos primeros castigó a los de Sergio Scariolo dejó a Australia sin su primera medalla olímpica tras unos Juegos en los que ha fallado en el momento de la verdad. En cambio, España explotó de nuevo, tras las dos derrotas iniciales, su dominio de las situaciones críticas para salir con esta nueva medalla que corona a una generación irrepetible a la que solo Estados Unidos ha vencido en los partidos a vida o muerte que ha habido en el formato olímpico desde 2004 y ha apartado del oro que ha estado más cerca de lo que se podía pensar hace una década.
Desde 1992, cuando llegó a los Juegos el baloncesto profesional, solo Lituania había encadenado tres medallas, todas de bronce, aparte de Estados Unidos. España lleva una sucesión de plata, plata y bronce para un grupo de jugadores, con sus entradas y salidas, que desde 2001 acumula once medallas en grandes campeonatos.
pelea de altura El objetivo en Río era conseguir una más, sin importar el color, y al final se cumplió en un duelo digno de una lucha por el podio. Los dos mejores jugadores de cada equipo, Pau Gasol y Patty Mills, estuvieron a su mejor nivel, pero fueron los secundarios los que estuvieron a punto de desequilibrar el partido. España se adelantó por doce puntos en el segundo cuarto (28-40) con una buena actividad defensiva, pero jugó durante mucho rato sin acierto de sus exteriores, lo que fue lastrando su ataque. Llull, Ricky, Navarro, no atinaban y Claver fue solo un recurso puntual con dos triples. Australia supo, entonces, cerrar su defensa y elevar el nivel físico para igualar antes del descanso gracias a un contundente parcial de 10-0, que dejó tocado al equipo de Scariolo.
La aportación desde el banquillo de Andersen, Broekhoff y el sorprendente Motum metió en muchos problemas a la defensa de España, que siempre debía tener presente a Mills, que por momentos pareció indefendible. El Chacho Rodríguez salió para compensar, pero ya estaba claro que Australia, que nunca ganó por más de dos puntos, tampoco iba a dar su brazo a torcer fácilmente. La batalla en las zonas, pese a que Australia perdió pronto a Bogut, era durísima y en el último cuarto fue una agonía en busca de un final bronceado, con intercambios de acciones de mérito entre gente que está, ha estado o estará en la NBA.
Andersen metió dos tiros libres, Gasol, que al borde del agotamiento siguió tirando del carro, respondió con otros dos y un semigancho de Baynes, tosco pívot de los Detroit Pistons, ante la defensa del de Sant Boi anotó dos puntos a nueve segundos del final que llevaban sabor a medalla de bronce. Pero en el baloncesto ese tiempo da para una siesta y fueron los dos tiros libres de Sergio Rodríguez y esa última defensa a medias entre Ricky Rubio y Víctor Claver los que desnivelaron la balanza y volvieron a dejar a Australia sin poder subir al podio olímpico por cuarta vez en su historia. España está en el tercer escalón. Si fue una despedida, no estuvo mal.
Australia88
España89
AUSTRALIA: Mills (30), Dellavedova (6), Ingles (4), Bogut (2) y Baynes (6) -cinco inicial- Andersen (15) Martin (0), Broekhoff (13), Lisch (0) y Motum (12).
ESPAÑA: Rubio (3), Llull (2) Rudy (10), Mirotic (14) y Gasol (31) -cinco inicial-, Navarro (3), Hernangómez (2), Felipe Reyes (7), Rodríguez (11) y Claver (6).
Parciales: 17-23, 38-40 (descanso), 64-67 y 88-89.
Árbitros: Belosevic (Serbia), Anderson (Estados Unidos) y Vázquez (Puerto Rico). Eliminaron a Bogut en el minuto 22.
Incidencias: Final por el bronce, disputada en el Carioca Arena 1 de Río de Janeiro ante más de 10.000 espectadores.