río de janeiro- Almaz Anaya ha escrito el nuevo testamento del atletismo en su modalidad de los 10.000 metros. La etíope desechó todos los antiguos cronos y volvió a inscribir los tiempos en una papel mejor. Más novedoso y, sobre todo, mas inalcanzable. Porque ayer Anaya consiguió la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de Río y lo hizo parando el reloj en 29:17.45. Es decir, la joven atleta tiró por tierra la anterior plusmarca, aquella lograda por la china Junxia Wang el 8 de septiembre de 1993, en los Mundiales de Stuttgart. Acabó con la hegemonía que la oriental tuvo durante 16 años y lo finalizó añadiendo más de 14 segundos a la rapidez. Es decir, todo parece indicar que la etíope podrá presumir durante mucho tiempo de su tiempo, además de su merecidísimo oro olímpico.
De esta forma, desaparece de los libros oficiales el último récord bajo sospecha perteneciente a la cuadra del chino Ma Junren, el técnico que en la década de los noventa achacaba la bondad de las marcas de sus discípulas a la sangre de tortuga. Toda la mancha del ejército de Junren borrada de un plumazo. Sin embargo, con el foco ahora centrado en África, entre Kenia y Etiopía, los suspicaces también tienen cancha para seguir sospechando de cualquier éxito del atletismo,
Sin embargo, indiferente a estos rumores, Ayana ratificó en la primera final olímpica de su vida su condición de número uno mundial y se llevó para su país la primera medalla de oro del atletismo en los Juegos de Río, después de hacer sola y en cabeza toda la segunda mitad de la carrera. Todo un mérito de fortaleza mental.
Y es que la final femenina de 10.000 metros ofrecía a la también etíope Tirunesh Dibaba la oportunidad de convertirse en la primera atleta que lograba tres títulos olímpicos consecutivos en una prueba individual. Sin embargo, no lo consiguió, aunque al menos estuvo en el podio, como tercera. Con la medalla de bronce al cuello. Por otro lado, la keniana Alice Aprot, la gran revelación de esta temporada, tiró desde el primer mil con el propósito de castigar las piernas de las etíopes. No hizo ni de lejos, sin embargo, sino que sirvió de lanzadera para el ataque de Ayana, actual campeona mundial de 5.000 y líder mundial del año en los 10 kilómetros.
Al paso por el ecuador de la carrera, todavía con Aprot en cabeza, Ayana escapó del grupo con un cambio brusco y sus adversarias no ofrecieron la menor resistencia. Pero todavía solo el ojo de un consumado experto podía tener una impresión cabal de la verdadera situación de la prueba, entre una maraña confusa de corredoras dobladas y una larga fila que cubría todo el anillo. Y, por fin, cuando el cronómetro arrojó un parcial de 26:22.88 al paso por el noveno kilómetro, Ayana se vació en busca del récord del mundo y lo batió por el amplio margen de 14 segundos.
gebre, ante su mejor marca La atleta donostiarra Trihas Gebre terminó la prueba en la posición 29, muy lejos de los puestos cabeceros. Sin embargo, Gebre finaliza su participación con su mejor registro de la temporada. Un tiempo de 32:09.67, que baja en cuatro segundos su crono.