Copacabana también es para las bicicletas. Allí tendrá salida y meta la prueba en ruta de los Juegos de Río, inusualmente dura para tratarse de una carrera de un día y de un escenario donde el ciclismo de competición no tiene mucha tradición. Si será dura que el actual campeón del mundo, Peter Sagan, un especialista, ha decidido renunciar y competir en la prueba de mountain bike. La culpa de esa dureza la tiene un circuito que incluye dos circuitos: uno de 24,8 kilómetros en la zona de Grumari, que incluye dos cotas, la de Grumari y la de Grota Funda, y al que el pelotón deberá dar cuatro vueltas; y el otro en la zona de Chinesa, cuatro vueltas a 25,7 kilómetros con una exigente subida de casi nueve kilómetros y un descenso técnico de seis kilómetros antes de los doce de llano que llevan hacia Ipanema y la meta en Copacabana.

No se ha dudado en calificar la prueba olímpica como apta para escaladores, o al menos para gente completa que pueda pasar la montaña y después rematar la faena. Tres nombres surgen inmediatamente como candidatos al podio: Chris Froome, Alejandro Valverde y Vincenzo Nibali. El británico puede hacer un doblete Tour-Juegos inédito. Ese tramo de llano le puede perjudicar, pero ya se vio en la etapa de Bagnéres-de-Luchon que es capaz de bajar como el mejor. No obstante, a Froome siempre le quedará la contrarreloj para emular lo que logró su compatriota Bradley Wiggins en 2012.

Valverde tiene otra gran oportunidad como líder de una selección española que trabajará para él y para Joaquim Rodríguez, aunque la posibilidad de ver en puestos destacados a Jon Izagirre no es descartable. Si el murciano es capaz de llegar en un grupo pequeño, sus opciones de medalla son grandes. Lo mismo ocurre con Nibali, que después de ganar el Giro se ha tomado el Tour con tranquilidad y llega fino a Río, donde sus cualidades como bajador pueden llevarle al éxito.

Las cinco selecciones más fuertes tendrán cinco corredores lo que hará difícil el control en un recorrido con muchas trampas. Por eso, hay que buscar fidelidades inquebrantables. A Froome le respaldarán Adam Yates y Steve Cummings, dos con los que hay que contar, y un par de compañeros del Sky, Stannard y Thomas. Lo mismo ha decidido Javier Mínguez. Junto a Valverde, Purito e Izagirre, estarán dos corredores del Movistar: Castroviejo y Erviti.

También el Astana copa la selección italiana con Nibali, Fabio Aru y Diego Rosa, además de Alessandro De Marchi y Damiano Caruso. Colombia, pese a la baja de Nairo Quintana, también presenta un equipo fuerte con Rigoberto Urán, plata hace cuatro años en Londres, Esteban Chaves, Miguel Ángel López, Sergio Henao y Jarlinson Pantano, reclutado tras sus excelentes prestaciones en el Tour.

La otra selección con cinco hombres será Bélgica que confía en Greg Van Avermaet. Francia, que perdió a Thibaut Pinot, tiene en Julien Alaphillipe a su jefe y un buen equipo de Holanda respaldará a Bauke Mollema, ganador el sábado en Donostia. Australia solo contará con tres ciclistas, lo que deja desamparado a Richie Porte. Daniel Martin y Nicolas Roche componen, por ejemplo, la selección irlandesa. Y muchos otros tendrán que buscarse la vida para sobrevivir en el circuito de Río.

La carrera de fondo servirá también para que algunos preparen la contrarreloj del miércoles 10 donde, de nuevo, Chris Froome será favorito con permiso de Tom Dumoulin, Fabian Cancellara, Tony Martin o Rohan Denis. Jon Izagirre y Jonathan Castroviejo pretenden estar cerca de las medallas, aunque lo tienen complicado ante tan selecta competencia.

cavendish, en la pista Con Ane Santesteban, como representante vasca en la prueba en ruta femenina e ilusionada por competir en un recorrido que le gusta, el ciclismo en Río obliga a mirar también al velódromo, aunque sea para comprobar lo que es capaz de conseguir Mark Cavendish en la transición a la pista después de alcanzar cuatro triunfos en etapa en el último Tour. El ciclista de la Isla de Man competirá en solitario en omniun y en el cuarteto de persecución donde también está incluido Bradley Wiggins. No sería raro que cayera alguna medalla en el saco de Cavendish.