EL comité organizador de los Juegos de Río de Janeiro ha tenido un sin fin de problemas en la construcción de las diferentes infraestructuras que a partir del 5 de agosto albergarán las diferentes competiciones. Algunas instalaciones aún no se han terminado y las que han abierto empiezan a dar problemas. Es el caso de la Villa Olímpica, que abrió ayer sus puertas de manera oficial y comenzó a recibir a los primeros atletas, aunque obtuvo duras críticas de la delegación australiana.
Los australianos rehusaron por el momento instalarse después de que una parte del equipo detectara problemas de electricidad, agua y gas y “mucha suciedad” en las instalaciones, según relató la jefa de la misión de la delegación, Kittyv Chiller. La alcaldesa de la villa, la exjugadora de la selección brasileña de baloncesto Janeth, aseguró que las instalaciones “no están todavía al cien por cien”, pero confió en que todo será resuelto en los próximos días. “Las reclamaciones son normales, los primeros días que llegas siempre encuentras algunos problemas. Eso sucede en todas las obras grandes, hasta dentro de casa”, comentó Janeth, medalla de plata en los Juegos de Atlanta 1996 y bronce en Sydney 2000.
Tras el incidente, el Comité Olímpico de Río ha contratado a quinientos funcionarios para solventar contra reloj los problemas identificados hasta el momento. Algunas de las delegaciones que ya han comenzado a acomodarse en la Villa Olímpica, además de la brasileña, son la de Italia, Alemania y Canadá, aunque se espera que el número de deportistas de otros países aumente en los próximos días.
El complejo, compuesto por 31 edificios y amplias áreas verdes, campos para diferentes deportes y locales comerciales, está situado en el barrio carioca de Barra de Tijuca, a unos tres kilómetros del parque olímpico. La villa fue construida sin recursos públicos por empresas que se adjudicaron los derechos a levantar edificaciones mayores a las permitidas en esa zona y a vender luego los 3.604 apartamentos, aunque por el momento solo han sido comercializados poco más de 250. El COI tendrá derecho a administrarla y operarla hasta después de los Juegos Paralímpicos.
La villa fue construida por 18.000 obreros, que utilizaron 430.000 metros cúbicos de hormigón y 43.000 toneladas de acero. Tiene 10.000 metros cuadrados de tejados verdes que reducen la sensación térmica, 75 paneles solares para calentar el agua y una estación de tratamiento que permite reutilizar el agua en los jardines y los sanitarios.
patrullas de militares Las calles de Río de Janeiro amanecieron ayer con militares de las Fuerzas Armadas brasileñas, quienes reforzarán la seguridad durante los Juegos. Tropas del Ejército, de la Marina y de la Fuerza Aérea patrullan algunos de los lugares clave de la capital fluminense, como estaciones de tren, puntos de distribución de agua y energía y centrales nucleares. La operación marca el inicio de las acciones del Ministerio de Defensa durante los Juegos Olímpicos, los cuales comienzan el próximo 5 de agosto ante el temor de un eventual atentado terrorista.
Para garantizar la seguridad, las Fuerzas Armadas brasileñas utilizarán 12 navíos, más de 1.600 vehículos, 70 coches blindados, 28 helicópteros, cerca de 50 embarcaciones de pequeño o mediano porte y 174 motocicletas.