Vitoria - Mikel Landa (1989, Team Sky) debutará en el Tour de Francia el próximo sábado. El escalador alavés mostró días atrás su estado de forma en el Critérium Dauphiné y se ganó un puesto la escuadra británica que este año acudirá a la ronda gala. Una motivación que le ayudó a superar su abandono en el Giro de Italia, su gran objetivo del año. Ahora solo espera “aprender del mejor corredor, en la mejor carrera y con el mejor equipo” y estar al lado de su líder en la montaña. El pasado fin de semana, testó sus piernas en los Campeonatos de España disputado en la localidad alicantina de Cocentaina.
No estaba previsto que esta temporada disputara el Tour...
-No, no era el plan al principio, pero se ha modificado para mal después del abandono del Giro. Pese a todo, voy a tener la suerte de poder hacerlo y estoy contento.
¿Qué significó verse de nuevo compitiendo en el Dauphiné?
-Mucho, porque llegaba con bastantes dudas. Verme otra vez en cabeza y ser útil para el equipo fue muy importante. Recuperarse de la gastroenteritis del Giro fue muy fácil, en tres o cuatro días ya estaba entrenando. Y encontrar la motivación de correr el Dauphiné, primero, y saber que podía correr el Tour, después, fue fundamental.
Debuta en el Tour y con la meta de ganarlo con Chris Froome.
-Tenemos un líder que tiene la experiencia de haber ganado dos Tours y un gran equipo a su servicio. Yo voy a poder conocer esta carrera, conocer la forma de trabajar y aprender en definitiva. El objetivo no es hacer la general a priori, pero no descarto no aguantar la primera semana y no perder tiempo, aunque sin comerme la cabeza. Yo voy al Tour a ayudar y a aprender.
Ya coincidió con Froome en el Tour, ¿cómo es?
-Es alguien muy accesible y muy seguro de sus capacidades. Y eso da mucha tranquilidad al equipo. Así que voy a aprender del mejor corredor, en la mejor carrera y con el mejor equipo. Mi aprendizaje es continuo. Ganar en París sería muy bonito y significaría que hemos cumplido nuestro trabajo y con el objetivo. Entonces lo disfrutaremos.
Y en su mente también tiene los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. ¿Cómo lo lleva?
-Sí. Es un recorrido que me gusta mucho y me encantaría estar. Pero para correrlo, antes hay que disputar el Tour y ese primer paso ya lo voy a dar por suerte.
Por su abandono en el Giro no cumplió las expectativas, ¿qué balance hace 40 días después?
-Aun y todo hago un balance positivo porque vi que soy capaz de superar los primeros días de tensión sin ceder tiempo y no perder tanto en la crono, lo que me puede permitir luchar por la generales. Ahora bien, también he aprendido a ser más realista: de un día de euforia pasé a uno de catástrofe.
Su último test antes del Tour han sido los Campeonatos de España de Alicante, la contrarreloj y la prueba en línea, ¿cuál es el resumen que hace?
-Es una carrera complicada porque el Movistar tiene la ventaja de contar con muchos corredores. Por eso, es difícil acertar el movimiento. De todas formas, estoy satisfecho porque para mí era sumar un día de competición y dar un apretón al cuerpo antes del Tour. La contrarreloj fue un cabezonería mía. Era otra oportunidad de aprender ya que rara vez se da una crono de 40 kilómetros. Mi balance es muy positivo.