Corvara - “Estoy feliz por vivir la experiencia de ser el líder”, se sinceró Steven Kruijswijk (7 de junio de 1987, Nuenen, Holanda) al recoger la maglia rosa de Andrey Amador, -al costarricense la dicha le duro un día-, en la meta de Corvara. Allí, el espigado holandés subió a lo más alto del podio después de mostrarse poderoso durante una jornada en la que desarticuló a Valverde y destempló a Nibali con un ataque punzante en Valparola. Es rosa el pelirrojo Kruijswijk, que compartió honores con Esteban Chaves -ganador de la etapa-, el otro gran beneficiado de la tappone. “Sabía que Esteban Chaves era un rival muy rápido para el sprint. Lo intenté, pero no hubo forma de superarlo. De todas las formas estoy muy contento con la etapa y con la maglia rosa. El año pasado vestí la azul, pero esta es otra cosa, es algo muy bonito de vivir”, estableció el holandés.

Steven Kruijswijk descubrió el Giro con el conjunto Rabobank. Fue la edición de 2010. El holandés no estaba citado para aquella carrera, pero la ausencia de Óscar Freire por enfermedad le abrió la puerta del Giro, una cita que finalizó en 18ª posición en su bautismo. Un año después concluyó dentro de los diez primeros: fue octavo. El pasado año obtuvo la séptima plaza después de una tercera semana fantástica. En esta edición compite por la maglia rosa. Lo demostró ayer en un escenario tremendamente exigente.

“Pude atacar porque me veía con fuerza. Tuve la suerte de que tenía a Esteban Chaves a mi lado y pudimos trabajar juntos. El colombiano y yo hemos sido los más poderosos de la carrera”, argumentó el holandés que hoy defenderá su nuevo status en la cronoescalada de Alpe di Siusi, otro importante test en el que examinarse. “Va a ser muy dura”, apuntó Kruijswijk, que encarará la etapa contra el reloj “con mucha confianza”. “Sólo ha sido el tercer día de montaña, así que estoy seguro de que puedo hacer una buena contrarreloj”, subrayó el ciclista del LottoNL, que se adentró en el Giro de 2010 por la gatera y seis años después lo lidera. - C. Ortuzar