foligno - Sin Marcel Kittel en escena y en unos metros finales reservados para los hombres valientes, Caleb Ewan vio su oportunidad de estrenarse en el Giro de Italia y culebreando entre equipos más potentes logró colarse en cabeza tras salir de la última curva. Era demasiado pronto. El pequeño australiano pagó cara su inexperiencia y André Greipel no perdonó. Fue la antítesis. El alemán y su equipo no dieron pie con bola en el último kilometro. Los lanzadores del Lotto se quedaron a las primeras de cambio y Greipel no acertó a la hora de trazar las curvas, viéndose relegado hasta la octava posición. Entonces, Hulk fue más Hulk que nunca. Su inmensa figura apareció de la nada en el momento clave y se comió al resto de sus adversarios. Pura potencia. Sin estrategias ni nada, velocidad y tirar de músculo para lograr su segunda victoria en la presente edición de la corsa rosa, la tercera consecutiva de su equipo tras la conseguida el jueves en Roccaraso por Tim Wellens.

André Greipel alzó los brazos en la meta de Foligno y en esta ocasión no tuvo que batirse con su mayor rival, Kittel. El líder de la general de la regularidad vivió un día para olvidar. Todos los factores se alinearon en su contra. Ayer no tocaba y la carrera se lo dejó claro. El velocista del Etixx se quedó primero en el Valico della Soma, puerto de cuarta categoría y última cota puntuable del día. Se desfondó para reengancharse y quemó a varios compañeros suyos en su lucha por volver a conectar con el pelotón. El desgaste fue tremendo y cuando Kittel pudo respirar por fin, le llegó otro mazazo, el definitivo. Una avería mecánica dejó fuera de juego al esprinter alemán y sus kilómetros finales se convirtieron en un paseo al quedarse sin opciones. La imagen del ciclista derrotado, rendido ante la evidencia de ser incapaz de luchar por la victoria. Tendrá que esperar a la siguiente oportunidad.

Antes de la batalla en el sprint y los infortunios de Kittel. Küng, Domont, Denifl, Ciccone, Koshevoy y Daniel Martínez pusieron en jaque al pelotón con la escapada del día. Martínez, el benjamín de la carrera con sus veinte años recién cumplidos, se mostró muy activo y destrozó todo el orden posible entre los fugados a base de arrancadas. Pero otro ciclista joven iba a ser el verdadero protagonista. Consciente de la proximidad del pelotón, Küng no dudó y se lanzó en solitario tras coronar el último puerto del día. Con las piernas pidiendo clemencia y los pulmones tratando de conseguir todo el aire posible, el suizo no se rindió hasta el último momento y usando una postura que recordaba a su época en la pista oval, vendió caros cada uno de los segundos. La aventura terminó cuando los equipos de los velocistas pusieron a todos sus hombres a trabajar y la resistencia de Küng acabó con un sonoro aplauso. Una vez capturado los nervios empezaron a aflorar, el caos reinó en el pelotón y Ewan fue el último ingrediente de la rebelión hasta que Greipel la sofocó con un zarpazo final demoledor. Por otra parte, Javi Moreno abandonó y tuvo que ser trasladado en ambulancia tras sufrir una dura caída en el kilómetro ochenta de la etapa. Las pruebas a las que fue sometido el andaluz confirmaron una fractura con desplazamiento en la clavícula izquierda, pero no se apreciaron más lesiones de consideración. Esta retirada supone una baja importante para Alejandro Valverde, que hoy necesitará la ayuda de sus compañeros para superar la etapa entre Foligno y Arezzo, en la que están incluidos varios tramos de tierra.