Pamplona - Un par de días después de decidir que no podía y que no era prudente jugar el mano a mano (iba a debutar el lunes contra Altuna III en Tolosa), Juan Martínez de Irujo relató con tranquilidad el proceso que llevó a tomar una decisión tan complicada.
¿Cómo se encuentra?
-Ahora bien. Ya he tomado la decisión de que no voy a jugar el Manomanista y estoy un poco aliviado. Me llevé un palo muy fuerte el martes por la renuncia, pero después sentí alivio porque he estado unos 18 ó 20 días en los que me he vuelto loco. He recorrido todo lo que se puede recorrer, me creé unas expectativas, he apurado todas las opciones que tenía y al final he tenido la mala suerte de que no ha salido bien y no voy a poder jugar.
¿Está triste?
-Ya se me ha pasado la tristeza. Que todos los males que tenga sean como éste, que estén relacionados con la pelota. Son cosas que pasan. Todos los deportistas se lesionan y las lesiones nunca vienen en un buen momento, pero ha llegado así y no hay que darle más vueltas.
¿Cómo ha asumido su renuncia a disputar el Manomanista?
-Tenía una mínima esperanza de recuperarme a tiempo y he agotado todas las opciones que he tenido. Creo que no he podido hacer más por curar el dedo, pero al final son plazos, no es una fractura, son tres en el mismo dedo, y hay que tener paciencia y creo que he tomado una buena decisión renunciando al Manomanista porque, si salgo a jugar, aparte de que me puedo quedar en cuatro y romperme más el dedo, sería una falta de respeto al aficionado.
El martes hizo una prueba. ¿Cuánto tardó en decidir que no iba poder jugar el lunes en Tolosa?
-Tomar la decisión me costó un minuto. Cogí una pelota goxua, le pegaba a la pared a dos metros, le daba con el dedo lesionado y me dolía. Después probé a ver si a la siguiente no me dolía, pero le di cuatro pelotazos, sentía dolor y decidí que no iba a forzar porque a lo mejor me hacía una avería mayor.
¿Qué ha hecho exactamente para tratar de recuperarse a tiempo de poder disputar el mano a mano?
-Uno te dice una cosa, otro te dice otra. Otro, por ejemplo, te llama por teléfono y te dice que tiene una raíz con la que hace una masa que te la pones en el dedo y el dedo la absorbe y eso ayuda a que se suelde el hueso. Algo hará, pero a mí no me ha servido de nada en esta tres semanas. Luego, hablando con la gente que juega a pelota en Valencia, me decían que tenían unos hierros con los que juegan a veces cuando tiene un dedo roto y que les ha protegido bien. Me lo puse, pero tenía tan inflamado el dedo que veía que no podía. Es verdad que ellos juegan con pelotas diferentes y, a lo mejor, con el dedo más curado puede ser una solución para poder jugar. También he hecho tratamientos tradicionales en Kines (un centro médico deportivo que se ubica en Pamplona), contrastes de frío y calor con hielo... Mil cosas.
¿Le habría servido una semana más de tiempo para poder jugar los cuartos de final con Altuna III?
-Es igual. Esto está hecho así y lo único que sé es que habría sido una semana más de comedura de tarro.
¿Cuándo reaparecerá?
-No tengo ninguna prisa. No voy a forzar. Me han dicho que igual hacia el 20 de mayo podría tener algún partido, pero voy a seguir con el tratamiento del dedo. Si puedo jugar ese día, bien. Si no puedo, esperaremos al siguiente partido, pero poco a poco. No tengo ninguna prisa por salir al frontón. Solo me preocupa salir en buenas condiciones.
Se va a perder el Manomanista por primera vez en sus 13 años como profesional.
-Eso quiere decir que soy un afortunado, aunque en 2014 jugué con la mano izquierda destrozada (fue campeón del mano a mano), en 2015 arriesgué pese a que me rompí el sóleo cuatro o cinco días antes de las semifinales (cayó contra Aimar Olaizola) y este año esto. Al final, el deporte de alta competición tiene estas cosas, que siempre tienes alguna molestia o alguna lesión y nunca vienen bien. Si no es competición, es verano y hay que salir al frontón. Pocas veces sales al 100% y por eso le doy más valor a lo que he conseguido. Tengo 13 txapelas y parece que estoy obligado a ganar, pero la gente no se da cuenta de lo que cuesta llegar arriba.
Al menos, va a tener más descanso que otros años.
-Este año tenía programado jugar el Manomanista y, tanto si llegaba lejos como si no, seguir jugando hasta que tuviera vacaciones (los profesionales de Asegarce van a disponer de 15 días retribuidos en la primera quincena de junio). Las vacaciones me las voy a tomar como unas vacaciones de verdad, para desconectar, pero ahora voy a centrarme en recuperar el dedo y no van a ser vacaciones. Es más, cuando estás mal, igual te tienes que mover más que cuando estás bien.