Vitoria - Desde que nació hace 26 años su vida siempre ha girado en torno al deporte. Al principio fue el fútbol, luego la pelota, más tarde las dos al mismo tiempo y hoy, años después, cualquier otra modalidad que le permita desfogarse. Sin embargo, ha sido el frontón quien le ha reportado un nombre en la historia del deporte alavés, una herencia y un honor al mismo tiempo que ahora trata de inocular a las nuevas generaciones.
Unai Alvarado Sevillano, ¿un tipo de los de qué tipo de clase?
-De los normales, de los normales. Soy una persona sencilla a la que además de la pelota le gusta disfrutar de los momentos con la familia, la pareja y los amigos. Esos pequeños placeres...
Es usted natural de Vitoria pero seguro que se pirra por perderse... ¿dónde?
-Lo siento si no se puede hablar de pelota en esta sección pero me marcharía una temporada a México a jugar a pelota. Mañana mismo. En su día estuve una semana con la selección de Euskadi pero me supo tan a poco que quiero volver cuanto antes.
Oiga, ¿qué tiene Cañizal que no tenga Sajazarra?
-(Risas) En Cañizal, que está cerca de Salamanca, tengo familia a la que quiero mucho pero la infancia me la ha dado Sajazarra junto a mi familia y amigos, así que puedo comparar los dos pueblos.
¿Y por qué la pelota? ¿Quién o qué razón tuvo la culpa?
-De seis a ocho años practicaba tanto la pelota como el fútbol, pero en casa gustaba más la primera, así que gracias a eso me animé a seguir con el frontón. En este punto aprovecho para darle las gracias a mi aita y a mi ama por todo lo que han dado por mí y por todas las veces que me han acompañado cada vez que jugaba.
¿Cree usted que veremos algún día un caso de ‘doping’ en la pelota mano?
-No sé si algún día lo veremos... Igual resulta que ya está aquí y no nos hemos dado cuenta (risas)... No, ahora en serio, espero que no llegue ese momento jamás. La pelota para mí significa algo más que un deporte; forma parte de mi vida y sería una tremenda decepción ser testigo de algo tan sucio como eso.
Unai, cuando no le pega al frontón, ¿con qué suele desfogarse?
-Me gustan todo tipo de deportes, desde el pádel hasta el fútbol o el baloncesto. Y también me relaja mucho el cine, aunque desafortunadamente es algo que no practico desde hace ya tiempo...
Puestos en faena, si pudiera escoger un protagonista de una peli, ¿con quién se quedaría?
-Con Nicolas Cage. Me gustan todas esas películas de ciencia ficción en las que anda.
¿Es de las personas que se estresa muy a menudo o más bien todo lo contrario?
-Ni mucho ni poco, me estreso cuando hace falta, que está bien.
¿Y qué le saca de quicio?
-Como digo, me estreso lo justo pero me saca de quicio que no me hagan caso tanto en casa como en el frontón cuando estoy de monitor. Soy un poco mandón, esa es la verdad (risas).
Aunque no se pueda hablar de pelota en esta sección... ¿Quién ha sido la hostia en su modalidad, en la mano?
-La hostia han sido muchos, pero no voy a mencionar a los dos de los que todo el mundo habla hoy en día, que son Juan Martínez de Irujo y Aimar Olaizola. Hoy en día la hostia es Urrutikoetxea, con mayúsculas, un pelotari joven que ha conseguido destronar a dos grandes y con el que he tenido la gran suerte de compartir mi infancia.
¿Y en el fútbol, con quién se queda?
-Soy muy aficionado al fútbol, es verdad, y aunque no soy del Barça tengo que reconocer que me fascinó el juego que hizo el equipo que entrenaba hace unos años Pep Guardiola.
Si tiene que elegir entre el Deportivo Alavés y el Athletic, ¿con quién se queda?
-Con el Alavés, sin duda, pero si juegan entre ellos, entonces me quedo con el Athletic.
Pues con la mala baba que tienen los leones por Vitoria... ¿Cómo lleva ese tema?
-Soy del Alavés pero no soy de esos que le tiene manía al Athletic. Me gusta que ganen siempre. También tengo que decir que el siguiente año nos vamos a ver en Primera y demostraremos que somos mejores. Beti Alavés.
¿Y entre el Athletic y el Real Madrid?
-Ahí ya no. Con los merengues ya no puedo. Me gusta que el Real Madrid pierda hasta en los entrenamientos (risas).
Que a estas alturas y después de la calidad que ha venido demostrando en las canchas, ¿que no esté ya con los profesionales, de quién es la culpa?
-La culpa de no estar en profesionales es mía, sin duda, pero quizá no al 100% porque la empresa con la que tuve la oportunidad de haber dado ese paso, Asegarce, pudo haber hecho bastante más...
Ahora que estos días la política está un tanto revuelta, ¿le interesa algo o nada lo del presidente de Gobierno que pueda salir?
-En casa hablo bastante con mi novia sobre este tema, pero lo guardo para mi entorno íntimo, los amigos y la familia.
Puestos a elucubrar, ¿con quién jugaría un partido como pareja, con Mariano Rajoy o con Pablo Iglesias?
-Jugaría un partido de compañero con mi amigo Gorka Alegría contra Mariano Rajoy y Pablo iglesias, eso es lo que haría.
¿Y con quién se iría de cañas (un deportista, un político, un humorista, un empresario...)?
-Con mis amigos de toda la vida.
¿Se animaría en el Ayuntamiento con una concejalía, pongamos, de Deportes?
-No, no, quieto ahí... Esos trabajos los dejo para otros...
¿Qué le falta a Vitoria y a los vitorianos?
-No sé decirte qué nos falta pero siempre que viajo fuera acabo echando de menos a mi ciudad y mis vecinos y amigos, así que tan mal tan mal no estará...
¿Se imagina un día el frontón de Zaramaga con tu nombre?
-Sería maravilloso después de tantos años jugando y formando a chavales, pero sería un honor que compartiría con todas esas personas anónimas que lo han dado todo por el club y además a cambio de nada.
Vamos terminando. ¿Cómo se gana la vida en estos momentos y cómo le e gustaría ganársela?
-Me gano la vida dando clases de pelota en la escuela del club Zaramaga y lo que tengo claro es que quiero que mi profesión esté relacionada con este deporte.
¿Con qué valor humano se identifica más, cuál es el que más valora en una persona?
-Me identifico como una persona solidaria y lo que más valoro es la sinceridad.
¿Diría que es un buen tío?
-No es una cosa que tenga que valorar yo...
Ande, titule esta entrevista...
-¿Curiosidades sobre Unai Alvarado...? Un poco flojete el titular, ¿no?, pero seguro que lo arregláis (risas).