Valencia - De sol a sol, de amarillo a amarillo, del champán al cava, de Australia a Valencia. De Froome a Poels, el Sky levita de trono en trono, de corona en corona. Campeón Froome en el Herald Sun Tour y conquistador Poels en la Vuelta a la Comunitat Valenciana. Recién iniciado el curso, nada se resiste al poder del equipo británico, a su ferocidad, a su hambre de triunfos. Con el estómago repleto de trofeos y condecoraciones, la ambición empuja a la tropa de Dave Brailsford, insaciable su apetito. “El más competitivo es él”, señalan quienes conocen al gurú del Sky. “Es el primero en dar ejemplo”, dicen sobre Brailsford. Esa cultura del trabajo, del esfuerzo, de la excelencia, ha generado un grupo excelso de corredores que brota desde el florecimiento de la temporada y que se baña en la espuma de la victoria entre sorbos de gloria. Nueve triunfos enlaza en la apertura del año el Sky, una escuadra que levita. Ninguna formación suma más calidad y luminarias en su nómina que el Sky, embadurnada con el espíritu de Eddy Merckx, El Caníbal, el ciclista que lo ganó todo y quiso más. Chris Froome, vencedor de dos Tour de Francia, eje del ciclismo anglosajón y frontman de la Grande Boucle, demostró en Australia su voracidad. En la etapa de cierre del Herald Sun Tour no hizo prisioneros. Impuso su jerarquía, anulando incluso a Peter Kennaugh, su camarada, líder de la carrera. Lo fue hasta que Froome se desabrochó después de pedir permiso a los suyos. En cascada su pedaleo, el británico alcanzó la meta en solitario en la cumbre del Arthurs Seat. “Me dieron el visto bueno en la segunda subida a Arthurs Seat. Había ataques y salí a por los puntos de la montaña y detrás de un corredor del Avanti que atacó. Los chicos por detrás me dijeron estás en una posición perfecta para ganar la etapa, ve a por ella Froomey”.

Ese apelativo lo lleva inscrito en el cuadro de la bicicleta. La palabra la refuerza con la imagen de un rinoceronte. Froome, resistente y veloz, corrió en estampida por un puerto serpenteante que le otorgó el amarillo, su color preferido. “Él es un corredor increíble. Ha comenzado la temporada muy bien, ganando la carrera de Cadel. Él tenía un buen día, pero también me dio el visto bueno desde atrás. Muchísimas gracias a Pete por hacer eso, al equipo y a mi familia por darme el apoyo que necesito para hacer este trabajo”, agradeció Froome el gesto de Kennaugh. Quería ganar y lo hizo el británico, líder de un acorazado. “Froomey ganó y él fue el más fuerte probablemente durante toda la carrera, así que de todos modos merece la victoria”, deslizó Kennaugh, el líder que fue hasta que Froome se elevó varios palmos. A su vera, pensativo, Kennaugh observó en el podio el amarillo que tiñó a Froome.

Poels e intxausti, en valencia Una foto similar se reprodujo en la Volta a la Comunidad Valenciana. El Sky, otra vez, ocupando el centro de la escena. Sobre la peana, Wouter Poels, vencedor de la prueba -la última etapa la ganó Stijn Vandenbergh (Etixx)-, y al lado, tercero, Beñat Intxausti, después de completar una carrera fantástica y cuidar del holandés. “Beñat ha venido al equipo como un escalador y ha demostrado que lo puede hacer a alto nivel. Es un corredor que puede escalar y que puede rendir bien contra el reloj. Es muy bueno que haya logrado un podio en su primera carrera del año”, alabó Dario Cioni, director del Sky en Valencia, sobre la tarea desarrollada por Beñat Intxausti.

Poels, que en julio tiró a jirones del orgullo de Froome en Alpe d’Huez para que Quintana no le deshilachara su segundo Tour en la víspera de París, se posicionó como otro estandarte del Sky, que colecciona banderas. La de Poels ondeó desde el amanecer de la cita valenciana hasta el ocaso. En el inicio dejó patente su capacidad contra el reloj y el sábado, en Xorret de Catí, una ascensión áspera, con rampas encrestadas por encima del 22% de desnivel, subrayó su virtuosismo. Soportó las afrentas de Aru y de Rosa antes de volar con elegancia y energía en solitario. Poels fue amarillo desde el prólogo hasta el epílogo. El holandés redactó la carrera con escritura firme y cuidada caligrafía. Cerca de Poels se iluminó Intxausti, que completó una buena contrarreloj y una mejor escalada a Xorret de Catí para dar un respingo y completar el podio de la Volta a Comunitat Valenciana, una prueba que fue a parar a la bodega de carga del Sky, un equipo por las nubes.