Baskonia y Bilbao tuvieron unas noventa posesiones cada uno. Contando los tiros libres, tiraron cerca de cien veces por equipo. Y llevamos dos días hablando de una canasta que valió un punto y parece que debería haber valido dos. Hay un capítulo de Los Simpson en que Homer viaja al pasado y desoye el consejo que un día le dio su padre: “Si alguna vez viajas al pasado, ¡no toques nada!”. Cada acción de Homer atrás tenía una consecuencia cuando, tostadora mediante, volvía al tiempo presente. En la cuestión del Baskonia y el Bilbao Basket estamos obviando precisamente esa consecuencia de la acción pasada en el futuro e imaginando un escenario igual con ese punto más en el casillero del equipo azulgrana. Estamos omitiendo que uno más a favor de Baskonia hubiera condicionado todo el desenlace final. Si nos centramos en La Jugada, hay un escenario en el que es igualmente perjudicial para ambos equipos. Quizás si esa canasta hubiera sido de dos puntos, Bilbao Basket hubiera ganado sin necesidad de prórroga. Hubo tantas alternativas desde el punto de corte hasta el final que no es ninguna locura pensarlo. Es un supuesto tan válido como que Baskonia lo hubiera hecho. Pero no por la cuenta tan sencilla que sale de añadir una unidad al resultado final al que se llegó a sabiendas de que se dio un punto. Porque la gestión de las últimas posesiones del tiempo reglamentario, en la que ambos pudieron ganar el partido en las condiciones que se jugó, no hubiera sido igual. Si admitimos que Baskonia podría pedir que se repitiera el partido, hay que asumir que Bilbao Basket hubiera estado en su derecho de hacerlo en el caso de haber perdido. Resulta siempre interesante esta vuelta selectiva al pasado para elegir a nuestra conveniencia el momento en el que una decisión externa nos hizo perder un partido. Aquí no hablamos del escándalo de Stamford Bridge, hablamos de elegir una jugada puntual (y realmente poco trascendente en el global de un partido de baloncesto) para explicar una derrota dolorosa en la que Baskonia hizo suficientes cosas mal para que su destino quedara en una externalidad.
Puestos a elegir, algo del pasado que eventualmente hizo a Baskonia perder la mañana del 13 de diciembre de 2015 contra Bilbao Basket podríamos viajar veintipico atrás y preguntarnos por qué dos personas salidas del mismo sitio tienen las rodillas tan diferentes en este momento. ¿Qué cambió la señora Bertans respecto a su primer embarazo? Jodidos antojos. Si Davis estuviera sano y su hermano no, seguro que hubiera sido diferente el resultado. Volviendo al tiempo actual, resulta un ejercicio mucho más fiable imaginar qué hubiera sido del partido sin 20 pérdidas en la tarjeta del Baskonia, con alguna asistencia más de las siete que sumó el equipo, con más acierto desde la línea de tres del pírrico 24% firmado o con Adams gestionando mejor sus faltas. O siguiendo con este metajuego y llegando hasta acciones puntuales como a la que se pretende reducir el sino del partido, si Tillie no se hubiera dejado robar un rebote que tenía controlado, si Hanga hubiera metido alguno de sus triples completamente liberado, o si la última jugada del tiempo reglamentario hubiera caído en mejores manos. Todas estas acciones concretas de baloncesto conciernen por completo a situaciones de las que jugadores de Baskonia tuvieron el control absoluto. La realidad última es que Baskonia ha encadenado tres derrotas en una semana, una situación novedosa esta temporada y que va a medir la madurez de este equipo ahora que le toca rebotar. No creo que sea preocupante ni indicativo de un desplome la última semana. Baskonia inició la campaña con un acierto, compenetración y química de equipo seguramente superior al nivel que se esperaba del equipo en un estadio tan prematuro de su evolución, en el comienzo de un nuevo proyecto. Perasovic posicionó a su nuevo equipo de manera rápida y exitosa: atlético, aguerrido en defensa y de muchas revoluciones ofensivas. Con eso le ha dado para alcanzar con mayor solvencia que en los últimos años el Top 16 y casi asegurar la Copa. Ahora le toca afianzar la marca, amenazada por las primeras dudas y con un horizonte que se empina, con el Real Madrid y la siguiente fase de la Euroliga a la vuelta de la esquina.