ALEMANIA suele ser un destino ingrato. El fútbol de este país goza del máximo respeto, su selección y los clubes que lo representan en los torneos continentales están considerados como rivales muy duros, especialmente en sus estadios. Hay una serie de virtudes asociadas desde siempre a su propuesta: poderío físico e inconformismo. También distinguen al Augsburgo, como se comprobó en San Mamés en el choque disputado entre ambos hace ahora dos meses. Ello no quita para que el Athletic, líder en solitario del grupo, pueda sentirse favorito en el partido que en pocas horas acogerá el WWK Arena. Plasmarlo requerirá un trabajo concienzudo y equipararse en intensidad al rival alemán, solo así los rojiblancos estarán en condiciones de explotar su mayor calidad y puntuar en el feudo germano. En fin, nada que no se sepa, se trata de premisas válidas e ineludibles para encarar con garantías cualquier partido oficial.
La cita es decisiva para el anfitrión, de momento segundo en el Grupo L con los mismos puntos que el Partizan de Belgrado. Desde la perspectiva rojiblanca, esta penúltima jornada debería servir para asegurar de forma matemática su presencia en la siguiente fase de la competición continental. Un empate le valdría, a la espera de recibir el mes que viene a los holandeses del AZ Alkmaar, conjunto que cierra el grupo sin opciones de continuar en la competición europea. Una victoria en campo bávaro le garantizaría al equipo dirigido por Ernesto Valverde la primera posición, que es el objetivo que se marca el club, la meta a la que aspira desde que se conoció la identidad de sus compañeros de aventura en la presente edición de la Europa League.
rezagado en liga Es en Europa donde el Augsburgo ha logrado sus mejores resultados. En Bilbao no anduvo lejos de apuntarse su primer éxito y luego ha sumado un par de triunfos, los mismos que tiene en la Bundesliga después de haber disputado trece fechas. Figura en penúltima posición y eludió el farolillo rojo el pasado sábado merced a la inesperada goleada (0-4) sobre el Stuttgart, que le antecede por el exiguo margen de un punto en la clasificación. Su situación no ha variado desde que vino a Bilbao a mediados de septiembre. Continúa tan hundido como entonces. En los nueve partidos que ha disputado en su liga en este tiempo, solo ha obtenido ocho puntos, marcado once goles y recibido una veintena. En suma, las malas sensaciones del comienzo de campaña persisten en el seno de un conjunto en grave riesgo de descolgarse y quedar abocado a pelear el resto del curso por la permanencia en la elite germana.
La Europa League se ha convertido en un señuelo para el Augsburgo, un consuelo momentáneo ante la ausencia de alegrías en el ámbito doméstico. Quien sabe si en realidad no supone una distracción fatal, pues todo parece indicar que los esfuerzos invertidos en el plano internacional no le permiten elevar sus prestaciones los fines de semana de la Bundesliga. Sea como fuere, llegados a este punto, es lógico pensar que recibirá al equipo bilbaino sin reservas, con el ánimo de brindar una satisfacción a su hinchada. El premio no deja de ser sugerente, más allá de que desde la distancia pueda interpretarse como una forma de evadirse de su cruda realidad.
Por de pronto, seguro que los hombres de Markus Weinzierl, retienen en su memoria lo ocurrido en San Mamés, un recuerdo que utilizarán como acicate, puesto que gozaron de sólidas opciones para saltarse el pronóstico. Se adelantaron en el marcador, tuvieron el control del juego en bastantes fases, exigieron a fondo a Iago Herrerín, que se erigió en pieza clave con media docena de intervenciones, y no se rindieron hasta el pitido final. El 3-1 es engañoso, no reflejó los méritos de unos y otros. Si el Athletic sacó adelante el choque fue porque cuenta con mejores recursos, más experiencia y un delantero llamado Aritz Aduriz, que con dos remates en la segunda mitad volteó el gol de Altintop. El marcador lo cerró Susaeta casi en el tiempo añadido.
novedades arriba El espíritu aguerrido y el despliegue físico exhibidos volverán a ser las bazas de un Augsburgo que concurrirá con varias novedades. Weinzierl no ha retocado en exceso la columna vertebral: en la portería, la defensa y la media siguen prácticamente los mismos, pero arriba ha introducido savia nueva, lo que por supuesto no ha afectado a Esswein, un zurdo muy potente que se mueve a pierna cambiada y que fue una auténtica pesadilla para el novato Lekue. La principal novedad se llama Raúl Marcelo Bobadilla, argentino con pasaporte paraguayo que causó baja de última hora por lesión y no compareció en La Catedral . Es un punta fajador, poderoso en el cuerpo a cuerpo, un tanque que no se achica fácilmente aunque se encuentre a una defensa áspera. El delantero se ha labrado una reputación ejerciendo de trotamundos entre Suiza, Grecia y Alemania. Ha logrado 104 goles en 264 partidos jugados en el Viejo Continente certifican su dominio del oficio de goleador, una capacidad a tener en cuenta.
Con Bobadilla, el Augsburgo dispone de una referencia nítida arriba, algo de lo que careció en el duelo de ida en San Mamés, donde la apuesta ofensiva se apoyó en la movilidad de los elementos más adelantados del cuadro germano. La otra cara nueva es la de Caiuby, que permaneció en la enfermería todo septiembre y parte de octubre, lo que no le ha impedido asentarse en el once tipo del Augsburgo. El brasileño es otra fuerza de la naturaleza y acostumbra a caer por la banda izquierda. Ha completado cuatro de los últimos cinco partidos de Bundesliga y las dos últimas jornadas de la Europa League. La pujanza de esta pareja ha desplazado al banquillo al veterano Altintop, al esloveno Matavz y en menor medida ha perjudicado al surcoreano Dong-Won, los tres titulares en el enfrentamiento disputado en Bilbao.
La empresa de mañana no será tan complicada como la librada en el anterior desplazamiento a Alemania. El espectacular 2-4 rubricado en el feudo del Schalke 04 en marzo de 2012 fue una hazaña en toda regla para el equipo rojiblanco. Actuar con criterio ante un oponente de segunda fila puede ser suficiente para cerrar con nota la primera fase de la Europa League.