cervera - “El motociclismo no es una guerra, es una fiesta, un espectáculo”, decía Gonzalo Gobert, director del circuito Ricardo Tormo, donde se celebrará el 8 de noviembre el Gran Premio de la Comunitat Valenciana, escenario en el que se decidirá el título del Campeonato del Mundo de MotoGP. Los medios de comunicación han acudido a él para preguntarle por la escalada de tensión que está viviendo el motociclismo y las posibles consecuencias tras el incidente entre Valentino Rossi y Marc Márquez en la última carrera, la de Malasia.
“Hay que rebajarla. El motociclismo no es fútbol, no son bandos. Es una fiesta, un espectáculo, pero no una guerra”, expresaba Gobert, que no teme que haya incidentes entre aficionados de unos y otros pilotos en Cheste, apelando al comportamiento histórico entre los fieles. Pero el ambiente es cortante. La violencia no cesa. Se han vivido insultos a través de las redes sociales, ese parapeto de los cobardes, con Marc Márquez de diana, como muestra de que el presente no es la prolongación de la historia.
El pasado viernes la tensión se llevó a niveles máximos, cuando unos periodistas italianos se desplazaron al domicilio de la familia Márquez situado en Cervera a buscar las cosquillas, a seguir calentando el ambiente, a encender la mecha. El vacile vende, provoca risas y divierte, pero cuando no se mide, cuando no se ejerce con criterio y sensatez, se motiva a la violencia que se desencadena como consecuencia. La que se dio en la morada familiar, donde periodistas y familia vivieron un incidente que nada tiene que ver con las carreras.
En su casa, Márquez se negó a entrar en el juego de los periodistas. Estos, que no se podían ir de vacío, que querían algo suculento, un producto llamativo para vender en su programa Le Iene (Las Hienas), de Mediaset, un espacio tipo Caiga quien Caiga, provocaron para conseguir reacciones, según el testimonio del entorno del piloto. “En el día de ayer -por el viernes- se produjeron unos desafortunados acontecimientos en Cervera”, describe el comunicado publicado por los representantes de Marc Márquez. “Un grupo de personas se personaron en la vivienda del piloto y profirieron una serie de insultos, realizando determinadas acciones humillantes y ridículas hacia el piloto e incluso llegando a empujar y agredir a sus familiares más cercanos”, prosigue.
Entre esas acciones estaba la voluntad de entregar al piloto un trofeo denominado Copa di Minchia (que puede traducirse como Copa de Joder), que no era otra cosa que un aparato genital masculino gigante. Al no ver respuesta por parte del piloto, “han agarrado a Marc por el cuello y por el brazo”, sostienen fuentes próximas a Marc. Según describe Marca, además de la violencia física y verbal, los periodistas “entraron en el parking y la cosa ha pasado a mayores cuando han sacado dos botellas de cava que han roto contra una pared y el suelo para simular un podio”.
los periodistas se defienden En una nota publicada por Mediaset, los periodistas -Stefano Corti y Alessandro Onnis- sostienen que “cuando nos los encontramos -a Marc, su hermano y su padre, que venían de entrenar- para darles nuestra copa nos han agredido, y en la pelea han roto la cámara y nos han requisado las tarjetas de vídeo”.
En el lugar se personaron los Mossos d’Esquadra, que identificaron a los periodistas y al cámara que les acompañaba. Tal y como asegura el diario deportivo, estos se dirigieron a un hospital “con supuestas lesiones” para luego poner una denuncia, lo que precisamente hizo ayer la familia Márquez. “Dada la gravedad de la acción, dichos actos han sido denunciados y seguirán el curso normal de una acción penal frente a dichas personas”, dice la nota. La denuncia es por agresión y allanamiento de morada.
El representante de Marc, Emilio Alzamora, dice que lo ocurrido sobrepasa “los límites del deporte”. “Un grupo de personas se acercaron a su casa, le increparon, intentando entrar en el domicilio y se produjeron empujones y agresiones a parte de sus familiares”, añade. - Eduardo Oyarzabal