“Esta Vuelta la ha ganado el equipo”, repetía Fabio Aru a modo de mantra a todo aquel que quisiera escuchar la dicha del sardo, segundo en el Giro, campeón de la Vuelta, impulsado por el Astana, el equipo más fuerte de la carrera. Aru, que se fundió en un abrazo con los muchachos que le construyeron el triunfo en una jornada revolucionaria, espectacular de punta a punta, exponía tras su laurel que “todavía no he tomado conciencia de lo que me ha pasado”. Lo que pasó es la historia compartida de Fabio Aru y Tom Dumoulin, dos jóvenes opuestos en su ciclismo, pero emparentados en uno de los capítulos más excitantes que ha parido el ciclismo en las últimas décadas. Rebobinaba Aru el día y, emocionado, narraba que “ha sido una carrera con mucho estrés. Sabía que la penúltima subida era más dura. Mikel (Landa) me ha hecho un gran trabajo como antes lo había hecho Cataldo, después los de delante, Luis León y Zeits”. Ese momento, el de la fusión entre Aru y Landa con los que caminaban por delante, -perfecto en la estrategia el Astana-, condenó a Dumoulin. “Luego, en el valle, Astana tiraba con tres hombres y vi que ya se había acabado del todo”, explicó el holandés, al que la carrera se le hizo demasiado larga. “Fui capaz de responder a los ataques en las etapas previas, pero hoy (por ayer) no podía. Estaba sin energía, definitivamente la carrera se me ha hecho un día demasiado dura”. En La Morcuera a Dumoulin se le cruzó la Vuelta en la garganta. Indigesta. No pudo digerir el asalto de del italiano. “Tras el primer ataque de Aru he tenido dificultades para seguirle y alcanzarle. Estaba en el límite. Cuando ha vuelto de nuevo ya se había acabado, y más cuando ha coronado con ventaja”, describió el holandés, que se aproximó a Aru en el vertiginoso descenso que trazó. Apenas ocho segundos les separaron por un instante. Fue la última vez que acarició la Vuelta. “Casi les alcanzo en el descenso del penúltimo puerto. Una lástima que el descenso no fuera más técnico, porque en una bajada más técnica podría haber entrado”. No lo hizo y los minutos le cayeron en cascada, hasta concluir sexto, a 3:46 del vencedor, Fabio Aru. Purito, Majka, Nairo Quintana y Chaves le adelantaron. En medio de la derrota, el amor propio. “Seguí trabajando para el podio o el top 5, pero no me quedaba más en el depósito”.