Vitoria - Con la traumática salida el pasado verano de Iker Casillas del Real Madrid por la puerta falsa -15 años de trayectoria en el club blanco avalaban al portero-, el deporte profesional ha vuelto a alumbrar estos días el tratamiento social y mediático que merecen este tipo de jugadores en el epílogo de sus carreras. Si bien el caso de Casillas no es nuevo -ya les ocurrió algo parecido a Raúl, Fernando Hierro o Del Bosque en el mismo club-, tampoco lo es que en otras latitudes como Estados Unidos o Alemania el tratamiento en este tipo de situaciones resulta del todo distinto. Y el último ejemplo en el páis germánico es el que ha protagonizado el vitoriano Iker Romero, que el sábado recibió un emotivo homenaje por parte de su antiguo club, el Fuechse de Berlín, que decidió retirar su dorsal (18) y convertir al vitoriano en una de las leyendas de los zorros junto a ilustres del club como Diethard Finkelamnn o Petr Stochi. El acto tuvo lugar en los prolegómenos del debut liguero de su antiguo equipo ante el Leipizig, en un ambiente excepcional que terminó por emocionar al mejor jugador alavés de todos los tiempos. “Este es un gran honor para mí y estoy muy orgulloso porque este club ha sido mi segundo hogar”, reconoció Romero.
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