vitoria - Nunca es tarde para reconocerle a uno o una los méritos de una trayectoria intachable. Nada produce más orgullo que las autoridades de un país valoren en su justa medida el esfuerzo incansable de alguien para romper barreras. Es lo que acaba de suceder con el CSD y cuatro deportistas vitorianos, ya retirados pero cuyos éxitos permanecen imborrables, a quienes el organismo deportivo más importante del Estado acaba de premiar con la distinción más alta por su sacrificio y dedicación durante los años en que se dejaron la piel para alcanzar la gloria en sus respectivas modalidades. Las gimnastas Tania Lamarca, Estíbaliz Martínez y Lorena Guréndez, además del balonmanista Iker Romero, pertenecientes a una época dorada que difícilmente podrá volver a repetirse, han engrosado la selecta lista de deportistas alaveses que ya disponen de la Medalla de Oro de la Real Orden del Mérito Deportivo. También consiguieron esta distinción el maratoniano Martín Fiz -campeón europeo y mundial de la especialidad- y Almudena Cid, única gimnasta en participar en cuatro Juegos Olímpicos.
Lamarca, Martínez y Guréndez fueron integrantes del legendario equipo con label alavés que causó sensación en 1996 en los Juegos Olímpicos de Atlanta conquistando la medalla de oro. Bautizadas como Las Niñas de Oro, aquel triunfo fue la justa recompensa a su sacrificio. Atrás quedó una adolescencia marcada por las concentraciones en el CAR de Madrid, la imposibilidad de recibir el calor de sus familias, un régimen de vida espartano sin vacaciones, las ocho horas diarias de entrenamiento a las órdenes de Emilia Boneva, los horarios restringidos y el estricto régimen por el que lucieron una extrema delgadez. Tania vive ahora en la localidad oscense de Estarrilla, donde tiene instalada su vida al ejercer como administrativa en la estación de esquí de Formigal. “Lo que han premiado es una trayectoria. Estoy contenta porque después de tantos años es positivo que se acuerden de una y valoren lo que hiciste. En mi caso, no he desconectado de la gimnasia porque los veranos hago campamentos deportivos, voy a clubes y entreno a niñas en la pretemporada”, explicaba ayer. Por su parte, Guréndez y Martínez residen y trabajan en Vitoria como dueña de un centro de fisioterapia e instructora de pilates, respectivamente. En el caso de Romero, retirado al final de esta temporada tras desarrollar la última etapa de su carrera en el Füchse alemán, sus méritos también han sido incontables. Le avalan dos Ligas Asobal, dos Champions y el oro en el Mundial de Túnez (2005).