anvers - En Zelanda, capitulada la etapa, existía un mundo a dos tintas. Uno, alegre, de sol. Otro, mustio, de sombra. En el reino de la alegría brincaban Contador y Froome, felices por su logro: 1:27 de renta respecto a Nibali y Quintana, sus principales adversarios, tristes después de padecer un día malencarado que muchos esperaban. Entre ellos, Contador. “Sabíamos que se podía liar. En estos días se puede sacar más ventaja que en la montaña”. El madrileño, dichoso “porque el tiempo sacado es maravilloso”, criticó, no obstante, el comportamiento del Sky de Froome y el BMC de Van Garderen, que según su opinión no se implicaron lo suficiente para castigar más a Nibali y Quintana. “Hemos llevado nosotros el peso. Les he dicho a Froome y a Van Garderen que estas oportunidades hay que aprovecharlas, que se puede sacar buenas diferencias. Han sido muy buenas para ser una etapa llana”.

Chris Froome también realizó una lectura muy positiva de lo que va de Tour. “No se podía esperar más de estos dos primeros días”. “Fue un caos con la tormenta, el viento y los nervios. Nibali estaba a mi lado y al segundo siguiente ya no estaba y me enteré de que estaba distanciado”, expuso, sorprendido por las penurias del italiano, un ciclista que se adapta muy bien a las condiciones de ayer. Nibali explicó que “ha sido un día de muy mala suerte. No me encontraba mal, pero primero hubo una caída delante de mí y quedé cortado. Delante estaban los mejores corredores del mundo en contrarreloj, grandes rodadores, y además había intereses por la general y la etapa. Lo intentamos, y creo que hemos evitado una situación peor”, dijo. Quintana, otro de los perjudicados, mantuvo un discurso similar “supimos mantener el equipo y evitamos que la diferencia hubiese sido más grande”.