Diez meses después de empezar, esta sección echa el cierre por vacaciones. Si todavía no ha llegado a ese punto en el que pasa la página en cuanto ve mi jeto, aquí tiene una serie de puntos que le ayudarán a ser alavesista o baskonista en pretemporada y no morir en el intento:
-De la misma manera que su hijo no debe encariñarse de gente que conozca en el hotel de vacaciones, no es recomendable que usted empiece a seguir indiscriminadamente en Twitter a cada fichaje de Baskonia o Alavés. Además de parecer un/una grupi, es posible que el jugador sea cortado antes de la temporada o que el jugador en sí resulte ser un Sangalli.
-No ponga demasiado esfuerzo en organizar sus vacaciones coincidiendo con el primer partido como visitante del Alavés. En esta España nunca se está a salvo de una huelga de controladores aéreos, futbolistas o socorristas.
-Portar con orgullo la camiseta del Glorioso por un Benidorm, Mallorca o Capri de la vida está bien. Convertir las vacaciones en una sucesión de elásticas empezando en las de los años veinte y aparecer cada día en el desayuno con una albiazul diferente, ya no tanto.
-Como buen alavesista, tiene la obligación moral de recordar al menos a cinco personas La Final. Es posible que su interlocutor le recuerde que ese día “en mi casa se iba con el Alavés”. Esa presa ya no se escapa. Después de esa avanzadilla deberá conocer absolutamente cada detalle de La Final. Si después de ese encuentro casual todavía tiene ganas de sentarse a hablar con usted, habrá fracasado. Y para todo lo demás, Dortmund en el Recuerdo.
-Si identifica una camiseta del Liverpool pero no sabe inglés, eche mano de de su hijo. Aunque esté jugando en una máquina recreativa y le dé vergüenza, usted no tiene la culpa de no saber inglés.
-Intentar explicar a alguien del Atlético de Madrid que Javi Moreno metía goles es imposible. No lo intente.
-Si tienes unos 20 años y estás en Salou de vacaciones, la camiseta del Glorioso no es una buena idea para salir de fiesta. Sin saber muy bien cómo ha ocurrido lo único que vas a conseguir es atraer al grupo de chicas al que te acercas en la Cool. Y que no te engañe el savoir faire del Mediterráneo ni que el acercamiento venga de ellas, el resultado va a ser el mismo que en Vitoria. Además, por mucho que tú y tus colegas os empeñéis, una guiri con más cuerpo sin tapar que tapado no va a entender “que solo hay un Deportivo, el Deportivo Alavés”, por mucho que lo cantes a las cuatro de la mañana.
-Si se desplaza con varios amigos a ver el primer partido de pretemporada del Alavés, entre sus acompañantes siempre estará el que detecta a un central que es lento, el que se empeña en ver cositas en un bolo y el que la toma con un jugador o entrenador desde ese día. Si no es usted el que conduce, lo más inteligente que puede hacer es localizar el bar del campo y volver a experimentar lo único que se echa de menos de la Segunda B o la Tercera: poder beber alcohol dentro de los estadios.
-Todos tenemos a ese amigo que conoce al tercer base de un equipo random de la Liga Adriática que ficha por el Baskonia. Aquí existen varias opciones, que van desde tomartelo a broma hasta transplantar sus conocimientos en un grupo en el que tú puedes ser la figura de tu colega. Lo segundo es muy peligroso porque se crean corrientes sociales que acaban generando expectativas de estrella en un Hodge. Al final lo mejor es que llegue Corbacho.
-A cada fichaje americano de Baskonia se le puede encontrar una historia que contar. Véase que viene de meter 33 puntos en la Liga de Verano de la NBA, que tiene el récord de 3+1 en el mismo distrito de institutos en el que compitió LeBron James o que probó con los Globetrotters.
Están ustedes avisados. Buen verano.