“Lluvia fina, lluvia fina...”. Ese parece ser el eslogan y la filosofía escogidas por la cátedra alavesa para devolver a la pelota local al escalón del que nunca debía haber bajado. Ese mismo que antaño permitía poblar las gradas del Ogueta ante la irrupción del Ciclón u organizada festivales con lo más granado del momento. Aquellos tiempos llevaron casi a la ruina a la comunidad pelotazale en el Territorio y solo el empuje de unos cuántos impidió la desaparición de esta modalidad. Uno de los agentes culpables de esta supervivencia fue la propia Federación Alavesa de Pelota y todas las juntas directivas de los últimos años. De no ser por su constancia, empuje y, sobre todo, acompañamiento de los clubes decanos de la provincia, es más que probable que estampas como la que se vivió el pasado domingo en el Ogueta fueran solo fruto de la imaginación. La cita no era otra que la gran final del histórico campeonato Interpueblos de Álava, que este año celebraba su XLV edición con un emparejamiento entre Gasteiz y Agurain y, lo que es mejor, una salud de hierro que asegura su continuidad por muchos años. Ya lo advirtió en su día Juan de Biasteri en su libro Cien años de la pelota alavesa: “La importancia de este torneo para la pelota vasca es extraordinario”.

Con la del domingo se cerró una edición en la que se ha ganado tanto en número de pueblos participantes como en partidos. Recuerda en este sentido Mikel Rafael, director técnico de la Federación, que el club de Zaramaga ha sido el encargado de formar el “núcleo duro” de pelotaris del Gasteiz, que finalmente se llevó el triunfo en las tres categorías -cadete, juveniles y senior- y suma ya ocho títulos en sus vitrinas.

Ocho fueron también las localidades que en la presente edición partieron de salida (Amurrio, Gasteiz, Agurain, Aramaio, Artziniega, Zigoitia, Araia y Maeztu), 60 los partidos que se han disputado desde el comienzo y 110 los manistas que se calzaron los tacos para saltar a la cancha, entre ellos Dorronsoro, Alvarado, Goikolea, Bideburu, Díaz de Heredia, Mikel rafael o Isasmendi. Un día después de la celebración de las finales, la extensión de la pelota alavesa por toda la provincia es un hecho innegable que en próximas citas podría seguir creciendo. Y ahí el foco a corto plazo se dirige a la zona de Añana, “donde la pelota está volviendo con fuerza”, resuelven los técnicos de la Federación.

Con las brasas aún calientes de la última edición, la próxima cita con el Interpueblos ya está en marcha. Será una nueva muesca desde que en 1965 la provincia de Álava alumbrase una brillante iniciativa que con el tiempo terminarían por copiar el resto de provincias vascas, Navarra y Rioja.