Madrid - Real Madrid y Atlético de Madrid protagonizarán hoy un apasionante derbi trasladado a la competición de clubes más prestigiosa del mundo, la Liga de Campeones, que será sinónimo de éxito para el vencedor y de profunda decepción para el derrotado.
El partido, además, estará marcado por las importantes bajas del equipo madridista y su impotencia tras siete partidos consecutivos sin encontrar la fórmula de vencer al bloque rojiblanco.
El destino quiso que la última final de la Liga de Campeones que ganó el Real Madrid al Atlético tuviese una reedición en unos cuartos de final a vida o muerte.
Las ganas de revancha de los rojiblancos de aquel día imborrable de Lisboa no se calman ni en un año en el que se ha adueñado de la capital el equipo de Diego Pablo Simeone. Siete encuentros sin ganar al eterno rival empujan a Carlo Ancelotti a vivir un juicio sobre su futuro marcado por la adversidad.
Un castigo futbolístico por su falta de fe en las rotaciones, deja al técnico madridista sin cuatro titulares indiscutibles. De una importancia mayor la ausencia del brasileño Marcelo, por una sanción evitable por una cartulina a segundos de acabar el partido de ida, que le resta un arma ofensiva y el factor sorpresa.
Con el portugués Fabio Coentrao empujado a jugar, lejos de su mejor estado, un partido clave en una temporada marcada por sus ausencias y su falta de compromiso.
Tan vital como la ausencia en el centro del campo del croata Luka Modric, el futbolista que maneja el ritmo del partido, del juego, el que rompe líneas del rival. Poco tendrán que ver las cualidades que podrá aportar su sustituto, Asier Illarramendi, y será Isco Alarcón el jugador del que dependa la conexión con los hombres de ataque.
La mala fortuna también se cebó con el galés Gareth Bale, ausente por una lesión muscular en un gemelo, y el francés Karim Benzema, que sufrió un esguince de rodilla en la ida.
El mexicano Javier Chicharito Hernández será el nueve en un día que tanto esperaba desde que llegó al Real Madrid.
Jugadores que no han sentido la confianza de Ancelotti en toda la campaña son los que ahora tienen en sus manos el futuro del italiano.