CAI Zaragoza74

Real Madrid80

CAI ZARAGOZA Lisch (-), Goulding (5), Robinson (8), Landry (-), Norel (8) -cinco inicial-, Llompart (6), Katic (16), Sastre (10), Pére Tomàs (-) y Jelovac (21).

REAL MADRID Llull (11), Rivers (9), Rudy Fernández (5), Slaughter (3), Ayón (4) -cinco inicial-, Nocioni (8), Campazzo (2), Maciulis (7), Sergio Rodrígez (12), Carroll (14) y Bourousis (5).

Parciales 14-14, 19-28, 22-21, 19-17.

Árbitros Hierrezuelo, Oyón y Martínez Díez. Eliminaron al local Robinson (min.40).

Pabellón Príncipe Felipe Zaragoza, ante 9.213 espectadores

zaragoza - El CAI Zaragoza nadó durante todo el partido a contracorriente para remontar las ventajas que tuvo el Real Madrid y acabó muriendo (74-80) en la orilla en el último minuto. El conjunto aragonés mostró la virtud de no rendirse nunca y eso le permitió llegar a ese último minuto con opciones de victoria (74-73) pero una desgraciada acción terminó por costarle sus opciones de triunfo.

Tras una falta de Jelovac que acabó en canasta de Llull y tiro adicional a falta de 60 segundos, el ala-pívot croata, en un gesto a medias entre la rabia y la desesperación, tiró el balón hacia arriba con tan mala fortuna que le cayó en la cabeza a uno de los colegiados que señaló técnica y con ella enterró el sueño del conjunto maño. Los dos puntos de Llull con el tiro adicional y la técnica al jugador local hicieron que el marcador pasara a ser de 74-78 a falta de menos de veinte segundos, lo que dejó sentenciada la contienda.

El inicio del partido estuvo marcado por la intensidad de las defensas, que se impusieron claramente a unos ataques en los que ambos conjuntos estuvieron muy desafortunados. En el inicio del segundo parcial cambió la marcha del juego, ya que los de Pablo Laso comenzaron a ver aro y a marcar diferencias. Y todo ello a pesar de que en los primeros minutos se lesionó Rudy Fernández tras resentirse de sus problemas de espalda. Sin embargo, esta ausencia y la de Felipe Reyes por un asunto familiar, no impidieron que su equipo dominara con comodidad el pulso. - Efe