Los astros se alinearon y el milagro se produjo. Al filo de las 20.30 horas, después de varios minutos de tensa calma sobre la cancha de Sansomendi, el Garlan Eharialde se aseguraba de manera oficial para la próxima temporada un puesto en la División de Honor de Plata, la segunda más importante del balonmano femenino nacional.