Zurich - Después de varios meses de incertidumbre, el secreto mejor guardado en el universo futbolístico quedó resuelto ayer. El Mundial de fútbol de Catar 2022 se jugará finalmente entre noviembre y diciembre y la final tendrá lugar el 18 de diciembre, señaló ayer el portavoz de la FIFA, Walter de Gregorio, quien destacó que la decisión fue tomada por el comité ejecutivo de la entidad. La decisión sigue a una recomendación de un equipo de trabajo designado específicamente para discutir el tema, aseguró De Gregorio, que también confirmó que la fecha del partido inaugural aún debe decidirse, pero la intención es que el torneo dure cuatro semanas. “Puedo confirmar que hoy el comité ejecutivo, sobre la base de la propuesta del equipo de trabajo (...) decidió que vamos a jugar en noviembre y diciembre y, sí, la final se disputará el 18 de diciembre”, dijo De Gregorio en la sede de la FIFA. “Es un domingo y también es el día nacional de Catar y, en principio, vamos a tratar de jugar (el Mundial) en 28 días. La siguiente instancia será tener diferentes conversaciones (...) relacionadas particularmente con el calendario de partidos”, destacó el portavoz.

El anuncio terminó con más de cuatro años de indecisiones. Catar fue designada sede de la Copa del Mundo de 2022 en diciembre de 2010 sobre la base de que se realizaría en el verano, pero dentro de estadios con aire acondicionado dadas las altas temperaturas. Pero apenas poco días después de la designación, Franz Beckenbauer, quien era miembro del comité ejecutivo de la FIFA en aquel momento, y el presidente de la UEFA, Michel Platini, sugirieron que el Mundial podría realizarse en invierno. La decisión pondría a la FIFA rumbo a un enfrentamiento con los clubes europeos que han sugerido realizar el torneo en mayo. La Asociación de Clubes Europeos, que representa a más de 20 equipos, dijo anteriormente que exigiría una compensación por tener que alterar la temporada en la región.

Temperaturas de 50 grados Sea como fuere, el Mundial 2022 se jugará, por tanto, en pleno invierno catarí para evitar las altas temperaturas veraniegas, que alcanzan los 50 grados centígrados en el Golfo durante las fechas en que normalmente se juega el torneo, poniendo fin a una polémica iniciada el mismo día en que la FIFA concedió, en 2010, a Catar la organización de la Copa del Mundo.