Luce el sol y reina una calma casi perpetua en la más volcánica de las Islas Canarias. El mercurio apenas baja de los 20 grados desde hace meses y la sensación de paz en un escenario tan desértico como éste resulta endiabladamente perfecta para preparar un ironman, con toda probabilidad uno de los desafíos más duros a los que se puede enfrentar el ser humano. En estas latitudes que definen a Lanzarote lleva semanas en barbecho el vitoriano Eneko Llanos, superatleta que ha vuelto a escoger este año esta isla para completar su particular pretemporada, que como se podrá intuir, nada tiene que ver con la de, pongamos, un equipo de fútbol. Y ha vuelto a confiar de nuevo en el Club Santa Rosa, en Costa Teguise, donde el nivel de las instalaciones está permitiendo al atleta disfrutar de unos entrenamientos “muy agradables”.
Allí apura estos días su puesta a punto antes del inicio de su nueva temporada, que ya tiene fecha y hora. Será en el Challenge de Dubai el próximo día 27 de febrero cuando Eneko Llanos vuelva a probarse en el circuito internacional con la mira puesta, un año más, en el Campeonato del Mundo de Kona, en la siempre exótica Hawai.
En conversación telefónica con este diario, el atleta explica algunos detalles de un debut quizá demasiado tempranero que confía en afrontar con ciertas garantías. “Llego no aún en mi mejor forma pero si en condiciones de ser competitivo ante un plantel de inscritos de mucho nivel y categoría”, sostiene Llanos desde el gimnasio del club.
Esta primera puesta en escena será un medio ironman (1,9 kilómetros a nado, 90 kms. en bicicleta y 21 kms. corriendo) que forma parte de la franquicia Challenge Family, un reclamo comercial que no suma puntos de cara al Mundial de Hawai del próximo mes de octubre y que contará con otras dos pruebas en esta misma zona geográfica: una en Omán prevista para el mes de agosto y otra más en Bahrein para diciembre.
Hasta entonces, el plan de trabajo que el propio Llanos se ha marcado no variará ni un ápice, exactamente igual que las semanas que lleva en Lanzarote, donde ha perdido ya la cuenta de kilómetros nadados en la piscina del hotel-club o las “palizas” a pie y en bicicleta por lugares tan míticos como el Mirador del Río, una ascensión en la que se emplea todos los lunes.
En este punto, las sensaciones son optimistas. Si bien el pasado año su preparación se tuvo que amoldar a su reciente paternidad, este año la planificación es distinta, adelantando las pruebas previstas y compitiendo bajo parámetros más exigentes. “Me cuesta poco coger la forma y aquí (en Lanzarote) llevo tres semanas progresivas en cuanto a intensidades. Voy notando la mejoría de una semana y aunque también se empieza a acumular el cansancio y la fatiga siento que estoy recuperando y asimilando bien el trabajo. Por lo tanto hasta ahora todo va por buen camino”, resuelve el triatleta, quien goza en este caso del apoyo de su pareja, oriunda de la isla.
Después de la cita de Dubai, el siguiente objetivo de Eneko Llanos será el Ironman de Sudáfrica el 29 de marzo, el primer test serio de la temporada que también llega con cierta antelación en el calendario. En este caso, la participación responde a una cuestión tan práctica como la necesidad de sumar puntos en el ranking para el Mundial de Kona. “En esta prueba hay muchos puntos en juego y una buena carrera allí me puede situar en puestos clasificatorios para Hawaii (50 primeros del ranking) y así poder tomarme con un poco más de calma los siguientes meses”, valora el vitoriano.
Después de la medalla de plata con la que cerró la pasada temporada en el Ironman de Brasil, el triatleta acumula en estos momentos unos 1.800 puntos, una cantidad a la que habrá que sumar otros 4.500 puntos después de las últimas modificaciones en los criterios de acceso al Mundial para asegurarse una plaza allí. Hasta el pasado año, eran suficientes conseguir 3.500 puntos para lograr dicho pasaporte. Por esta razón el vitoriano ha decidido acelerar el ritmo de la temporada para acumular cuantos más puntos sea posible y lograr la clasificación los antes posible. De este modo podrá dedicar el resto del año a preparar a conciencia una cita de la que en los últimos años no ha salido satisfecho