madrid ? La humildad a la hora de competir, en ocasiones, es un tesoro y un argumento mayor que cualquier otro factor para conocer la victoria. Cuatro de los seis primeros clasificados de la Premier League han sufrido este pasado fin de semana batacazos tremendos en la competición futbolística más antigua del mundo, la FA Cup, la Copa inglesa. Lo hicieron, para mayor debacle, en la cuarta ronda del torneo, lo que, a tenor del camino restante por recorrer hacia la final, sería el equivalente a unos dieciseisavos de final. Para más inri, cayeron avergonzados ante equipos de menor categoría. Y como colofón del desastre, fueron apeados en sus propios feudos. Chelsea, Manchester City, Southampton y Tottenham poseen tamaños motivos para sonrojarse, han sido barridos de mala manera. Los Davides han tumbado a los Goliats. Los clubes humildes han sacado pecho.

Ahondando en la matanza de la FACUP, la de los gigantes del fútbol inglés ?el torneo alberga la leyenda de Matagigantes?, al Manchester United, cuarto en la tabla liguera, y Liverpool, octavo en la relación de equipos de la Premier, tampoco les fue bien la eliminatoria:empataron sus encuentros. Por lo que todavía pueden sumarse a la lista de víctimas de esta inesperada criba de la cuarta ronda de la FA Cup, competición que se disputa a partido único. Se la jugarán en el replay, denominada así la liza de desempate. “Tenemos que estar avergonzados, los jugadores y yo tenemos que sentir vergüenza. Frustración no sería la palabra correcta; avergonzados sería más adecuado”, juzgaba José Mourinho, técnico del Chelsea. Los blues no sabían lo que era perder en Stamford Bridge esta temporada, ni Mourinho que un equipo bajo su mando encajara cuatro goles como local o tampoco perder contra un plantel afincado en una categoría inferior. El sábado se dio todo ante el modesto Bradford City, de la League One, la Tercera División inglesa, y que deambula en la misma por la séptima posición, 49 escalones por debajo del Chelsea en la presente jerarquía inglesa.

Los Bantams (gallos), que hace dos temporadas escalaron hasta la final de la Copa de la Liga ?la otra Copa, menos prestigiosa, que se disputa en el fútbol inglés? y la perdieron ante el entonces Swansea de Bobby Martínez y Michu, ganaron 2-4 ante el líder de la Liga inglesa. Reseñable, más alucinante si cabe, es que comenzaron perdiendo 2-0 en Stamford Bridge, lo que aún enaltece más la gesta y hace inmenso honor al apodo de la tropa de Bradford, que ha enterrado orgullos particulares y de colectivo.

El eterno enemigo de Mourinho, uno más, Pellegrini, también bebió de la desdicha. Su Manchester City, vigente campeón de la Premier y actualmente segundo clasificado, cedió en el Etihad Stadium por 0-2 ante el Middlesborough de Karanka, que también es segundo, pero de la Championship, la segunda categoría inglesa. “Podíamos haber ganado por más goles”, se vanagloriaba el antiguo ayudante de Mou, que dirige al equipo menos goleado de la división de plata.

El Tottenham, sexto en la competición doméstica inglesa, fue apeado por el Leicester, al menos con el consuelo de que cayó ante un primera, aunque siendo este colista de la división. Mayor justificación puede encontrar el Southampton de Koeman, tercero en Inglatera y que fue eliminado por el Crystal Palace (2-3), decimotercero en la Premier.

El fiasco, la escabechina, puede engordar para alcanzar mayores cotas de descalabro con el Liverpool y el Manchester United, que se jugarán un bochorno mayor, tras sendos empates a cero, en el replay frente al Bolton y el Cambridge, respectivamente. Estos últimos juegan en la League Two, la Cuarta División y los anteriores, en la Segunda. Para mayor revés general, descendiendo la mirada en la clasificación de la Premier, el Swansea, noveno, perdió 2-1 contra el Blackburn Rovers, de Segunda.

El único de los tótems del fútbol inglés que resultó airoso del escándalo de la cuarta ronda de la vetusta FA Cup, todo un campo minado, porque una concatenación de desastres así es algo histórico, fue el Arsenal, que ayer apeó al Brighton (2-3). El actual campeón, aunque con apuros pese a colocarse 0-2, ha sabido proteger su orgullo y condición. l