MÓNACo. "El número de pruebas y de atletas será el único baremo", afirmó el italiano Franco Carraro, que defendió ante la asamblea esta reforma, aprobada por unanimidad.

Los limites "aproximados" quedan establecidos en 310 pruebas deportivas de medalla en los Juegos de verano, con un máximo de 10.500 atletas y 5.000 entrenadores y personal de apoyo; y 100 pruebas, 2.900 deportistas y 2.000 técnicos en los Juegos de invierno.

Son cifras "aproximadas" porque siempre hay que dejar un pequeño margen a la flexibilidad, apuntó el italiano.

Los cambios deben entrar en vigor en los Juegos del año 2024, aunque podrían afectar de manera retroactiva a Tokio 2020, que se ha mostrado dispuesta a incorporar el béisbol y el sóftbol, actualmente fuera del programa.

La posibilidad de que la ciudad organizadora de unos Juegos pueda proponer la admisión de una o dos pruebas, tras un estudio financiero, es precisamente otra de las novedades.

El COI y sus federaciones distinguen entre deportes (por ejemplo, gimnasia), divididos en disciplinas (artística, rítmica y trampolín) que a su vez pueden tener distintas pruebas de medalla (salto, asimétricas, paralelas, conjunto, etc.).

Pese a que esta nomenclatura se utiliza desde hace décadas, Ana de Inglaterra pidió hoy que le explicaran de nuevo la diferencia entre deporte y prueba.

El actual programa, admitió Carraro, "es muy abigarrado" y por ello se abre la posibilidad de que se disputen algunas pruebas en los días previos a la ceremonia de inauguración, como ya se hace en el fútbol, siempre que ningún atleta quede eliminado en esa instancia.

En los Juegos de Londres 2012 hubo 302 pruebas. La admisión de nuevas competiciones de medalla sin subir el techo de participantes conllevará, por fuerza, la eliminación de otras que ahora son olímpicas. ¿Quién sale?, preguntaron con preocupación miembros como la polaca Irena Szewinska y el británico Adam Pengilly. Y ¿según qué criterios?, reclamó la princesa jordana Haya Al Hussein, que dirige la Federación Hípica Internacional.

"Estamos en estrecho contacto con las asociaciones de federaciones", terció el presidente del COI, Thomas Bach, ante un asunto que requerirá un estudio futuro.

En los Juegos de invierno solo habrá pruebas de hielo y nieve, no otros deportes bajo techo. Se había llegado a sugerir la incorporación del ciclismo en pista al programa. Este tipo de innovación "cambiaría la singularidad de los Juegos de invierno", subrayó Carraro.

Otra de las recomendaciones aprobadas anima a alcanzar el 50 % de participación femenina en los Juegos (fue de un 44 % en Londres 2012). Una vía será la promoción de las pruebas de equipos mixtos, tendencia que ya han emprendido en sus mundiales disciplinas como la natación sincronizada, los saltos de trampolín o el triatlón por relevos.

El programa de deportes debe decidirse siete años antes de los Juegos y el de pruebas con tres años de antelación, como sucede hasta ahora. Pero en el futuro se podrá añadir una nueva prueba, incluso de un deporte no olímpico en ese momento, con el beneplácito de la Sesión.

La asamblea del COI había aprobado previamente la posibilidad de que la ciudad sede de los Juegos programe excepcionalmente algunos deportes en otro país por razones de sostenibilidad. Todas las reformas debatidas hasta ahora han obtenido el respaldo unánime de la Sesión, que se prolongará hasta el martes.