Duración: 57:40 minutos de juego; 12:03 minutos de juego real.

Saques: 5 de Martínez de Irujo (tantos 2, 9, 11, 15 y 18) y 2 de Bengoetxea VI (tantos 5 y 8).

Faltas de saque: Ninguna.

Pelotazos: 286 pelotazos a buena.

Tantos en juego: 10 de Martínez de Irujo y 10 de Bengoetxea VI.

Errores: 4 de Martínez de Irujo y 7 de Bengoetxea VI.

Marcador: 0-1, 1-6, 3-7, 4-9, 6-10, 7-11, 7-12, 8-12, 12-12, 13-13, 14-13, 16-14, 17-14, 18-15, 19-15, 20-16 y 22-16.

Botilleros: Ejercieron de botilleros Patxi Eugi (con Juan Martínez de Irujo) y Asier Garcia (con su primo Oinatz).

Apuestas: De salida se cantaron posturas de 100 a 60 favorables a Juan Martínez de Irujo.

Incidencias: Partido correspondiente a las semifinales del Cuatro y Medio de Primera de la LEP.M disputado en el frontón Bizkaia de Bilbao. 1.300 espectadores.

bilbao - Descarriló la semifinal del Cuatro y Medio de Primera de puro ritmo, de abrazarse a la velocidad, al latigazo en el corazón. Descarriló, se cayó, murió abarrotada de pelotazos en tiempo récord, en un inicio espectacular de Oinatz Bengoetxea y un final serio, muy serio, de Juan Martínez de Irujo, quien acabó llevándose el gato al agua en el frontón Bizkaia, suma su sexta final consecutiva y esperará rival del duelo entre Aimar Olaizola y Ekaitz Saralegi del próximo sábado en Iruñea. La eliminatoria se rompió con el empuje del expreso de Ibero, que se recuperó de los traumas del inicio, en el que tuvo que acudir al diván de Patxi Eugi en el segundo cartón, sometido al acierto de su contrincante, que irrumpió con empaque y las ideas frescas. Su mayor virtud fue mantenerlas, pero los rigores físicos ahogaron sus opciones, le secaron. Oinatz quedó varado una vez que se endureció la contienda. El de Asegarce tejió una red que le acabó pasando factura. Tras comenzar con un sonoro 0-6, el desplome llegó después. Más tarde. En la docena.

Si huracanado fue el inicio de Bengoetxea VI, el dominio de las distancias en el segundo tramo fue muy bueno. De hecho, jugó de tal manera que anuló a Martínez de Irujo, cuyo interés era darle velocidad a la pelota. Aun así, con el leitmotiv del ritmo, la llama leitzarra poco a poco se fue apagando. Y es que, con apenas unos minutos de juego y 1-6 en el luminoso, ya se contaban 95 pelotazos a buena. Una locura. Un tormento. Viacrucis. Y, mientras, Irujo penaba en el luminoso. No le salía nada. Con tan poco tiempo para reaccionar, las diferencias entre ambos fue la diferencia de frescura en la azotea.

Aun así, el puntillero de Ibero, un purasangre, un expreso, fue recomponiéndose poco a poco, fue restañando sus heridas. Si bien las distancias continuaron, con el 6-10 parecía haber recuperado oxígeno y fondo de armario. El 6-11 hizo gritar al de Ibero al pedir una pasa del Cuatro y Medio en la que los jueces se equivocaron al valorar que había botado dentro. Exceso de vista, pero acierto al fin y al cabo. Sin embargo, subió azul el tanto y los cinco de distancia agrandaron una brecha merecida. Era el momento del cambio: Irujo ya se había atado al resto de aire para iniciar con el martilleo y la escalada.

Una cortada al ancho devolvió el saque a Juan, visiblemente molesto con la decisión anterior. Una fuente de rabia. Fue el comienzo del triunfo. Metió una marcha más, dio gas a la pelota y Oinatz Bengoetxea perdió pie. Los errores acabaron por sepultar las distancia e Irujo se acabó por agrandar. Su sombra brilló por encima de Oinatz y del Cuatro y Medio. De una tacada vino la revolución: del 7-11 al 13-12. Ya estaba Irujo en plena forma. Físicamente derrochó velocidad en un andamiaje de atleta para defender los envites de Oinatz, demasiado indolente en los últimos compases. Irujo fue Bolt. Irujo fue Asafa. Irujo destrozó el velocímetro y, mientras tanto, siguió castigando el frontis. Ahí estuvo la clave: el físico terminó con el de Ibero entero y Oinatz maltrecho. Los saques, con mucha intención, pusieron los últimos gramos de pimienta a la victoria del de Ibero.

¡Quién le diría a Juan esto tal y como empezó el Cuatro y Medio! Después de la derrota ante Xala en el Astelena, para el pelotari navarro el Cuatro y Medio era una “tortura”; mientras que ayer ya se colocó en su sexta final consecutiva después del Parejas de 2013. Además, Irujo está a un paso del triplete. Físico y genio.