La historia de la nueva gran estrella del fondo mundial es, como suele suceder en estos casos, propia de una película. Y es que, hasta hace cuatro años, Dennis Kimetto no tenía relación alguna con el atletismo. Su vida, giraba en torno a la granja en la que trabajaba llevando a cabo las tareas propias del campo. Fue allí precisamente donde le descubrió el atleta Geoffrey Mutai, que rápidamente se percató de sus grandes condiciones y le convenció para probar en este exigente deporte. Evidentemente, tuvo buen ojo. En 2012, debutó en el maratón (también en Berlín) y dejó para la historia su gesto de dejar ganar a su mentor firmando ambos un tiempo estratosférico. Es su única derrota en la distancia y el anticipo de la impresionante plusmarca actual.