Donostia - Alegría y pena, esos eran los sentimientos de Julen Retegi. Sensaciones contradictorias después de haber caído ante Juan Martínez de Irujo en una final en la que se sintió a merced de su rival, impotente. Aun así, el delantero de Eratsun no se siente derrotado, sabe que ha hecho historia y que su nombre quedará grabado para siempre a la hora de hablar de los campeonatos manomanistas.

“Ahora mismo no soy consciente de lo que he hecho. He llegado a una final y es la leche. Al final he hecho historia y de aquí a treinta años, cuando no estemos jugando ni nada, apareceré ahí”, afirmó Julen. Un recuerdo para toda la vida, una alegría para el cuerpo que llega al término del campeonato, ya que durante el mismo le tocó sufrir para superar a Joseba Ezkurdia, Aimar Olaizola y Mikel Idoate. “Disfrutar ya sabía que no iba a disfrutar, no lo he hecho en ningún partido. Hay mucha tensión, son todo finales y si pierdes te vas a casa”, comentó Retegi Bi.

Un duro inicio Desde el principio de la final las cosas pintaron mal para Retegi. Siempre luchando contracorriente para intentar devolver cada uno de los misiles de Irujo. Una derecha que destrozó completamente al delantero de Eratsun y dibujó rápido el 10-1 en el marcador del Atano III. “Ese es el miedo que tenía desde el principio. Juan comienza los partidos muy fuerte, intenta coger una tacada y luego se agarra a ella. Es un pelotari que le da mucho con las dos manos. Tienes que hacer tantos de saque y pelotear mucho. Él con poco te hace tanto”, recalcó Julen. Aun así, Retegi Bi también asume su parte de culpa, reconociendo que no estuvo a su mejor nivel: “Ha jugado cómodo. Yo no le daba a la pelota en su sitio y no me sentía bien en el frontón. Estaba muy agarrotado. Creo que ahí ha estado la clave, si hubiera jugado un poco más pausado, le hubiera hecho un poco más de daño”.

A pesar de estar contra las cuerdas y de necesitar un milagro para darle la vuelta al choque, Julen nunca tiró la toalla y siguió luchando hasta que Irujo llegó al cartón número 22. “Tenía la esperanza de trabajar, de intentar hacer mi partido, pero no he podido. En el 10-6 he fallado en un saque-remate y quién sabe que hubiera pasado”, apostilló Julen. Una actitud que enamoró al público y que se vio reflejada cuando Retegi consiguió devolver una pelota después de que pegara en el cristal del rebote. El tanto fue para Juan; el aplauso atronador, para Retegi: “Ha sido muy bonito ver a casi dos mil personas coreando mi nombre y ojalá se repita más veces”.

El eratsundarra diseñó un plan en casa, con un objetivo entre ceja y ceja: la dolorida mano izquierda de Irujo. “Esa era mi intención. Juan tiene la izquierda mal y hay que buscarle las cosquillas al contrario. Pero me ha dominado en todo momento”, reconoció el último finalista de la saga navarra.

Retegi terminó el partido triste, sin embargo, la derrota no borró la sonrisa de su rostro. “Siento tristeza y a la vez alegría. Las finales son para ganarlas y del subcampeón no se acuerda ni Dios, pero yo he hecho todo lo que he podido y con eso me quedo”, dijo Julen, que tiene claro que “esto es para celebrarlo y lo haré con mi familia, mis amigos y seres queridos”.