madrid - La selección española de fútbol aterrizó en Madrid alrededor de las 12.00 horas de forma discreta, sin atender a los medios ni saludar a los aficionados que le esperaban para darle su apoyo.

Los integrantes de la expedición, vestidos con chándal negro y bandas y escudo en verde, llegaron a la T4 del aeropuerto Adolfo Suárez-Barajas en el vuelo de Iberia 2907 y se marcharon en varias furgonetas sin pasar por la zona de salidas.

Entre ellos no se encontraban jugadores como Piqué, Cesc Fábregas o Diego Costa, que se quedaron en tierras sudamericanas tras disputar el último partido de la fase de grupos ante Australia en el Arena de Baixada de Curitiba.

El duelo terminó con victoria por 3-0 pero no sirvió para acceder a la siguiente ronda después de caer frente a Holanda y Chile y recibir una goleada en las dos primeras jornadas, lo que implicó la eliminación automática de la cita.

Un resultado inesperado para los vigentes campeones del torneo que, sin embargo, no supuso un inconveniente para aquellos seguidores que se habían desplazado a lo largo de la mañana de ayer hasta el aeródromo con la intención de ver de cerca a sus ídolos y arroparles en un momento duro.

Luciendo la equipación o portando banderas, varias decenas de ellos se agolpaban en la puerta buscando una fotografía, una firma o un recuerdo. Tras conocer que esto no sería posible, cundió un sentimiento generalizado de decepción por la oportunidad malograda y la espera infructuosa.

“Hemos perdido y tenían que haber salido a dar la cara. Nosotros estábamos ahí para darles nuestro apoyo, nos da igual, somos incondicionales. Se han confundido saliendo por la puerta de atrás”, explicaba una mujer que aguardaba junto a varios jóvenes desde las 10.30 de la mañana. “En la vida hay que saber perder más que ganar. Ganar sabemos todos”, añadía mientras el resto del grupo lucía una pancarta hecha a mano con el mensaje Siempre con La Roja.

En la misma línea se pronunciaba una chica ataviada con una elástica del combinado nacional: “Me ha parecido fatal, no hay palabras para describir lo mal que lo han hecho. Estoy muy decepcionada porque no es normal”. “Estamos intentando darles nuestro apoyo porque pensábamos que venían un poco bajos de moral y no lo han querido. Esto deberían apuntarlo bien porque ha estado muy feo. Espero que no lo vuelvan a repetir”, añadió, decepcionada por la actuación de los jugadores de la selección. Finalmente todos fueron abandonando con resignación el recinto al igual que los miembros de la selección, que comenzarán ahora sus vacaciones veraniegas antes del arranque de la pretemporada con sus respectivos conjunto.

susto para terminar La selección española completó su viaje más triste, en un vuelta de once horas y media con escala para repostar en Gran Canaria, que tuvo el susto final por un rayo que alcanzó al avión en Madrid minutos antes de aterrizar. Un rayo iluminó todo y el comandante tranquilizó con un mensaje que confirmó el impacto pero también el buen estado del airbus. Cinco minutos después y quince antes de lo previsto el aparato tomó tierra sin ningún problema. Así, los internacionales pusieron fin a su pesadilla. - Efe