Goles 1-0, min.27: Xabi Alonso, de penalti. 1-1, min.44: Van Persie. 1-2, min.53: Robben. 1-3, min.64: De Vrij. 1-4, min.72: Van Persie. 1-5, min.80: Robben.

Árbitro Nicola Rizzoli (Italia). Amonestó a Casillas por España; y a De Guzmán, De Vrij y Van Persie por Holanda.

Estadio 48.173 espectadores en el Arena Fonte Nova de Salvador.

- La selección española repitió el guión del Mundial de Sudáfrica 2010 y comenzó hincando la rodilla en su estreno, aunque en esta ocasión lo hizo con estrépito ante Holanda, que empequeñeció a la vigente campeona en una segunda parte en la que los hombres de Del Bosque estuvieron irreconocibles.

Los de Van Gaal cumplieron su esperada venganza cuatro años después de caer en la prórroga de la final de Johannesburgo y empujaron al abismo con crueldad a la Roja, ridiculizada hasta el extremo con una desconocida y, por qué no decirlo, también preocupante fragilidad defensiva.

España protagonizó la derrota más sonrojante que jamás ha recibido un campeón en el primer partido de la siguiente cita mundialista. Holanda asestó un baño de fútbol mayúsculo a un equipo que perdió su estilo en el camino, víctima de errores infantiles impropios en un escenario como este y con una desconfianza en sí mismo que puede conducir a la debacle de la peor forma posible.

No se recuerda un batacazo igual de la España reciente, ni tan siquiera aquel traspié ante Suiza hace cuatro veranos. Sin chispa y sin recursos, Holanda tuvo más hambre, más físico, más fuerza y -también- más suerte. En cualquier caso, nadie hubiera imaginado un desastre semejante a los 42 minutos de partido, cuando David Silva falló un mano a mano ante Cillessen con un remate picado que el espigado guardameta holandés desvió a córner.

Y del 2-0 se pasó al 1-1. La máxima del fútbol volvió a cumplirse segundos después de que Sergio Ramos y Piqué firmasen el primer enredo de la noche. La Roja pasó de tener dos tantos de ventaja y poder manejar el partido a su antojo a ser víctima de su primer error defensivo grave. Van Persie aprovechó el hueco y cabeceó por encima de Casillas, que había comenzado el encuentro de dulce con un buena parada ante su excompañero en el Real Madrid Wesley Sneijder. El empate enfrió a una España que ya se había olvidado del gol de Xabi Alonso desde los once metros.

Todo había comenzado según lo previsto, al menos para esta selección española, acostumbrada a los violines desde hace seis años, cuando rompió sus complejos levantando la Copa de Europa en 2008. Un sensacional pase de Xavi lo recogió Diego Costa, engañó a su defensor y éste cometió penalti. Al menos así lo entendió el colegiado, el italiano Rizzoli. Xabi Alonso tiró ajustado y colocó el 1-0. Se abrieron entonces la puertas del buen gusto y Andrés Iniesta volvió a reclamar la atención.

Así se llegó al descanso, con Holanda de menos a más y con España tocando su techo. El gol descolocó a la vigente campeona, superada por Van Persie y Robben en todo momento, además de la fortaleza de su centro del campo, escasamente creador pero diseñado a la perfección para contener el juego cansado de la Roja.

El paso por vestuarios no aclaró el panorama, más bien todo lo contrario. Robben, que despejó todos los fantasmas de la final de Sudáfrica, volvió a encontrar el hueco entre los dos centrales españoles y fusiló a Casillas, su peor pesadilla desde 2010, dentro del área. El 1-2 no cambió el discurso de España, pero evidenció que no sería suficiente para frenar el ímpetu de la actual subcampeona mundial.

A partir de ahí, nada les salió a los chicos de Del Bosque, que andaban cabizbajos sobre el césped de Salvador de Bahía y con el infortunio de recibir el 1-3 en una jugada en la que hubo falta. Van Persie obstaculizó en el salto a Casillas y el central De Vrij, libre de marca en el segundo palo, logró el gol casi sin oposición.

Ahí llegó la barra libre para la selección oranje, que encontró una mina de oro en la debilidad de Piqué y Ramos en la zaga. Para colmo, y tras un gol anulado a Silva por un claro fuera de juego, llegó el cuarto después de un error estrepitoso de Iker Casillas. El capitán controló mal en su área y Van Persie no tuvo problemas en dar la puntilla.

Al final, y después de que Robben, con una volea magistral, estrellase un balón en el larguero, el extremo del Bayern de Múnich volvió a empequeñecer a la defensa española y a su centro del campo, donde se echó de menos el oxígeno de Koke o la creatividad de algún jugador más de ataque, no tan encorsetado en la dupla Xabi Alonso-Busquets.

La humillación llegó a su fin con dos nuevas ocasiones, todas ellas generadas por el mejor físico holandés, y España volvió a pellizcarse. La doble campeona de Europa y defensora del título mundial abrió los ojos, consciente de la pesadilla que vivió en Salvador de Bahía. Ahora, contra las cuerdas, no tiene margen de error ante Chile (el miércoles 18) y Australia (el lunes 23). - Agencias