Sao Paulo - El gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, garantizó ayer el servicio de metro en la mayor ciudad de Brasil para mañana, día de la apertura del Mundial en el partido que enfrentará al conjunto anfitrión con Croacia en el Arena Corinthians. Al ser cuestionado sobre una posible alternativa en caso de que los trabajadores del metro decidan retomar la paralización, Alckmin se limitó a señalar que "habrá metro y tren" para llegar al estadio, que se encuentra a veinte kilómetros del centro. "La paralización sería un enorme oportunismo", dijo.
Alckmin señaló que "no tiene sentido" que los empleados del metro, quienes el pasado lunes decidieron suspender la huelga hasta hoy, continúen la paralización cuando hay una decisión judicial que la considera ilegal por "abusiva". "Espero que no haya un grupo queriendo hacer el desastre por el desastre, el caos por el caos", comentó. Sobre el despido de 42 trabajadores del suburbano, Alckmin comentó que no fueron destituidos por participar en la huelga, sino por "invadir la estación, depredación y vandalismo".
"Volviendo al trabajo no habrá más dimisiones. El Gobierno tiene que garantizar (el transporte) a 5 millones de personas que quieren trabajar", añadió. También a los cerca de 50.000 espectadores que se espera que utilicen el metro para asistir mañana al primer partido del Mundial
Paro en suspenso El sindicato que representa a los trabajadores del metro de Sao Paulo decidió en asamblea suspender la huelga hasta la víspera del Mundial, momento en el que será realizada una nueva reunión para decidir el rumbo a tomar en los próximos días. A pesar de que la huelga fue iniciada el pasado jueves en demanda de un aumento salarial del 12,2 %, frente al 8,7 % ofrecido por el Metro de Sao Paulo, los trabajadores centran ahora su reivindicación en que los trabajadores despedidos sean readmitidos. - Efe