Vitoria - Encargado durante muchísimos años de los temas agroalimentarios en la Caja Municipal primero y en la Vital después ahora, ya jubilado, continúa repartiendo su tiempo entre dos de sus mayores pasiones, el deporte rural y la promoción de los productos de la tierra.

¿Hay algún pueblo de Euskadi que todavía no conozca?

-Afortunadamente no, porque Euskadi es muy bonito y merece la pena conocerlo como yo creo que lo conozco. A cada sitio que vas te quedas maravillado. Euskadi es único.

Pero quizás es la asignatura pendiente para muchos...

-Sí, empezando por Álava. Yo he invitado a muchos navarros, guipuzcoanos y vizcaínos a que conozcan Álava y se quedan maravillados porque es muy bonita y muy completa. Hay que venderlo bien porque tenemos materia prima de sobra para hacerlo.

¿Cuántos kilómetros puede haber acumulado a lo largo de los años con tanto ir y venir a cuenta del deporte rural?

-Puff, millones. Sumando los de los coches que he tenido, me salen entre 4,5 y 5 millones. Mi trabajo era viajar continuamente, así que hacía unos 100.000 kilómetros al año. Ahora ya menos pero aún así paso todavía de los 40.000.

Trabajando en la Vital, ¿cuando iba por los pueblos de feria en feria aprovechaban para pedirle dinero?

-La verdad es que yo tenía la afición a estas cosas y me vino como anillo al dedo para promocionar la caja. Creo que nos beneficiamos los dos, tanto la caja como el deporte. Yo trabajaba en la Municipal, que entonces estaba muchos kilómetros por detrás de la Provincial en la provincia pero le dimos un vuelco. Yo iba con el herri kirolak por los pueblos, cogía el micrófono, me ponía en medio de la plaza y eso me servía para darme a conocer. Después la semana siguiente volvía y como ya había abierto la puerta antes se podía trabajar mejor. Fue otra forma de hacer marketing.

¿Después de tantos años con el micrófono en la mano será un asiduo de los karaokes?

-No, qué va, nunca he ido. No me gustan. Me gusta tocar la trompeta, que aprendí con diez años en la banda de Otxandio, y es mi hobby. Cantar, con la cuadrilla, pero lo del karaoke no me va, no lo he hecho nunca.

Además de 'retransmitir', también ha estado en el otro lado, como protagonista de las exhibiciones.

-Sí, con la piedra muchas veces, porque me ha gustado practicar.

¿Igual ha dejado a alguno en feo?

-Pues una vez en Puentelarrá al levantador se le cruzaron los cables, dijo que no lo hacía y tuve que ponerme yo a levantar las piedras. Me puse tranquilo a ello y salimos del paso.

¿Y comentando al mismo tiempo?

-Claro, claro. Si el levantador hacía veinte alzadas yo hice cinco con una de las piedras y alguna más con las otras y así lo salvamos. La gente se lo pasó en grande porque nunca me habían visto en una así claro.

Le va a contratar el Gobierno para hacer publicidad de su reforma de las jubilaciones. Con 68 años y sigue al pie del cañón.

-No, ahora estoy felizmente jubilado y lo que tengo que hacer es disfrutar de mi hobby, que es el deporte rural y nada más. Pero eso de estar obligado a hacer cosas ya nada. Que se olvide Rajoy -y cualquier otro- de mi.

¿Por lo tanto su actividad actual es sólo un hobby?

-Ahora realmente sí porque afortunadamente como jubilado tengo una buena pensión y puedo permitirme seguir con esto que siempre me ha gustado y que alguien lo tiene que hacer. Porque, dentro de este mundo globalizado, estos deportes minoritarios si no hay algunos que sigamos trabajando por ellos, apaga y vámonos. Bastantes raíces de este pueblo se están secando como para que una pequeña raiz más como es nuestro deporte autóctono también se seque. Entonces esta es mi ilusión, aunque no sé hasta cuándo duraré.

Para eso también hacen falta practicantes.

-Sí, y es muy difícil. Para que pueda haber practicantes hace falta apoyo y no siempre existe. Por ejemplo, normalmente las instituciones y las federaciones a la hora de repartir las ayudas tienen en cuenta el número de licencias que tienes y el que está metido aquí dentro sabe que sacar un levantador de piedras es mucho más difícil que sacar cien equipos de fútbol. Es un deporte muy atípico, muy duro, muy ingrato... Por eso comparar la ficha de un futbolista, con todos los respetos, con la de un practicante de deporte rural no tiene sentido. Yo creo que hay que seguir un poco el modelo que se aplica a la ganadería y la agricultura. A las especies en peligro de extinción, Europa las protege y estos deportes deberían tener el mismo tratamiento.

¿Como extrabajador de una entidad bancaria comparte la opinión de que los bancos han sido los grandes culpables de la crisis y están siendo los más beneficiados ahora?

-Ha cambiado mucho todo. Antes los comerciales de los bancos tenían que ir a las casas a buscar el dinero de los posibles clientes. En cambio ahora parece que es obligación de la gente ir a los bancos a buscar el dinero. Es una desnaturalización del tema increíble. Y que una entidad, que al final es una industria más, si fracasa esté amparada y le salven... Ahí tiene que tomar responsabilidades el que corresponda y los directivos que no han sabido gestionar que respondan con sus bienes, de la misma manera que te pasa a ti si tienes una fábrica de tornillos por ejemplo y fracasa. Igual que los casos que vemos todos los días en los periódicos en los que desaparece tanto, tanto, tanto dinero. La solución es fácil. Al elemento que de verdad se demuestre que se lo ha llevado, mientras no aparezca ese dinero sigue en la cárcel. Conforme vaya apareciendo tendrá menos pena e irán a la cárcel los que han colaborado con él.

¿Puede presumir de ocho apellidos vascos, como la película?

-¿Ocho? Yo creo que tengo ciento y pico. Mi familia procede de Gipuzkoa que en el año 1500 fuimos a Otxandio y los cruces que tenemos en el árbol genealógico son todos euskaldunes. Que no quiere decir que seamos mejores que otros ni mucho menos, porque en todas partes hay de todo.

¿Qué les dice a los que asocian el herri kirolak con el maltrato a los animales?

-Eso es porque no conocen la realidad de la situación. Por ejemplo los bueyes están a pan y mantel hasta los cinco años porque antes no pueden empezar a trabajar porque no tienen el cuerpo adecuado. Y eso supone un gasto tremendo. Después, tienen el entrenamiento adecuado. El más interesado en que esos animales estén bien es el dueño para que puedan hacer el mayor número de pruebas. Y luego en el carrejo, en la actuación, está todo reglamentado. Los pinchos tienen que tener una medida concreta para que no lleguen a la carne y sirvan sólo para que el animal reaccione. El maltrato no existe y, si no, Álava ha maltrado siempre al ganado porque hasta que aparecieron los tractores todo el trabajo se hacía con los bueyes. Es una parte de nuestra cultura pero no tiene nada que ver con el maltrato. Yo estoy en contra de ciertas costumbres, que por el jolgorio de un pueblo se tire un animal de un balcón o cosas parecidas. Eso sí es maltrato y un desprecio a un animal pero el arrastre de piedras está todo reglamentado, incluso con castigos sí se pasa el arreador. Lo que se trata es de proteger nuestras tradiciones pero con sentido común. Yo suelo decir que nuestro mayor ecologista es el ganadero y no es ninguna mentira. Porque tanta maleza y abandono en los bosques como ahora y tantos animales salvajes incontrolados no ha habido nunca. Y eso es consecuencia de que no se les permite trabajar como antes. Por eso, hay que dejar actuar más a los ganaderos en defensa de nuestro entorno.

¿Existe el doping en el herri kirolak?

-Nosotros fuimos la primera federación que exigimos al Gobierno Vasco que se hiciese control a los deportistas y a los animales, precisamente por el sanbenito que tenían las pruebas de las apuestas y de que todo valía. Por eso ahora se hace en todas las pruebas a los primeros y si hay muchos participantes también a sorteo entre el resto. Y es verdad que ha habido algún positivo pero muy poquitos y muchas veces por ignorancia, porque al no ser deportistas profesionales no controlan tanto el tema y hay muchas sustancias prohibidas que están en productos que se toman normalmente en cualquier casa. Esa es la realidad. Probablemente no habrá habido más de cinco casos, entre otras cosas porque no compensa. Si tomas algo luego te puede afectar a tu salud en la vida diaria y nuestros deportistas brutos pueden ser pero tontos no.

Tiene que elegir una cita para el próximo fin de semana, ¿una exhibición de herri kirolak o una degustación de Idiazabal?

-(Se lo piensa) Hombre, intentaría hacerlas complementarias. Porque se puede hacer, ¿eh? Son temas distintos pero los dos son necesarios. Por un lado porque la competición de deporte rural hay que hacerla para que siga vivo y la degustación también, especialmente aquí en Euskadi, porque nuestros agricultores y ganaderos tienen en esta misma tierra su mina de oro. ¿Por qué? Porque somos tres millones de personas con un cierto poder adquisitivo y nos gusta comer y beber bien. Por eso cosas como el Idiazabal o el vino de Rioja Alavesa tenemos que potenciarlas primeramente en nuestro mundillo, inculcar a los que vivimos aquí que lo primero es nuestro producto porque es el mejor, a los productores que sigan mejorando en esa producción y yo creo que esa combinación puede traer buenas consecuencias para el futuro de nuestro mundo agropecuario. De fuera viene la competencia en cuanto a dinero y cantidad pero no a calidad. Nosotros tenemos que luchar por esa calidad.