Madrid - "¡Que Nairo nos sirva de inspiración para pensar en grande y hacer en grande!". Así celebró el presidente colombiano Juan Manuel Santos en el Congreso las hazañas del escarabajo del Movistar en el pasado Tour. Menos de un año después, Quintana se agrandó en el Giro para lograr el título, segundo de un colombiano en una grande tras la Vuelta que ganó Lucho Herrera en 1987.

Desde los 80, cuando Herrera y Fabio Parra dejaron en alto el nombre del país, los colombianos no vibraban tanto con este deporte como lo han hecho este año con Quintana, Urán y Arredondo, el primero de ellos máximo exponente de la nueva generación de pedalistas cafeteros. Entre los tres han sumado cuatro victorias de etapa y el histórico doblete en el podio, con Quintana por delante de Urán.

Nairo, afincado en Navarra, se presentó en el Giro después de sorprender en el Tour 2013 con el segundo puesto tras Chris Froome, el título de la montaña y el maillot de mejor joven. Su ilusión era volver a Francia, pero el equipo le exigió ir al Giro y, aunque no se tomó bien la decisión, se ha demostrado acertada. Nairo nació hace 24 en Boyacá y pasó los primeros meses de su vida acosado por diarreas, pero sobrevivió. Sus padres se dejaron la vida para que sus hijos salieran adelante con más posibilidades que las de trabajar en el campo. Por eso llevaron a Nairo a la escuela de Acarabuco, a 18 kilómetros de su casa, y ahí empezó a crearse un gran campeón. Guillermo, el padre de Nairo, reparó una vieja bicicleta que usaba para vigilar el ganado y se la entregó para acudir a la escuela. El campeón del Giro no tuvo otra que aprender a montar en bici para recorrer 36 kilómetros diarios a 3.000 metros de altitud y hacer frente a unas pendientes con un desnivel medio del 8%.

Cinco años más tarde, Nairo se llevó la victoria, con apenas 20 años, en el Tour del Porvenir, la carrera por etapas más prestigiosa para ciclistas menores de 25 años en la que habían escrito su nombre corredores como Miguel Induráin, Greg Lemond, Dennis Menchov o Laurent Fignon.

Empezó el despegue de un corredor que acapara elogios de Eusebio Unzue, el mánager del Movistar. "Es un gran analista, un buen compañero, tiene esas cosas que caracterizan a los líderes y una cabeza privilegiada, posee un gran motor y es valiente. Me recuerda a Indurain, que te venía al final de la carrera con una fotografía muy precisa de todos los corredores", recuerda Unzue.

Timidez, una tez muy oscura, una amplia sonrisa y una diminuta figura encierran una fuerte personalidad, con coraje para alzar la voz no importa delante de quién.

De nuevo ha vibrado Colombia con sus ciclistas, otra vez Nairo Quintana ha sido el ídolo nacional. El Giro 2014 queda para la historia de su país, y la Vuelta 2014 ya espera al que quizás es el mejor escalador del mundo. - Efe