Paris - Garbiñe Muguruza sigue su camino en Roland Garros y ya ha igualado su mejor prestación en un Grand Slam con su presencia en la cuarta ronda que también alcanzó a principios de este año en el Abierto de Australia. En una jornada que temía por todo el revuelo que se está formando en torno a su figura, la jugadora vasco-venezolana eliminó a la eslovaca Anna Schmiedlova en dos sets (6-2 y 6-4) después de un partido que duró una hora y media y que estuvo interrumpido por la lluvia.

El partido entre las dos jugadoras que habían eliminado a las hermanas Williams no fue tan sencillo como indica el marcador, pero estuvo marcado siempre por el estilo agresivo de Muguruza, que acabó con 24 golpes ganadores y 33 errores no forzados, seis dobles faltas y una media de 166 km/h en sus primeros servicios.

Después de llevarse el primer set con autoridad y adelantarse con 1-0 en el segundo, la interrupción cortó el ritmo de la discípula de Alejo Mancisidor, que tuvo un fase en que encadenó cuatro errores no forzados y dos dobles faltas. Schmiedlova quiso apretar y gozó de ocho pelotas de ruptura, pero Muguruza supo salir de los apuros y asegurar sus turnos de saque para lograr una victoria que le abre grandes expectativas en el torneo.

Porque tres encuentros sin perder un solo set y un duelo en octavos de final ante una rival con mucho peor ranking, la francesa Pauline Parmentier (145 del mundo) que ganó a la alemana Mona Barthel, pueden colocar a la tenista nacida en Caracas en unos cuartos de final de muchos quilates. Ahí le esperarían la rusa Maria Sharapova, que ayer se deshizo de la argentina Paula Ormaechea con un doble 6-0 y 6-0, o la australiana Samantha Stosur, que apeó a otra eslovaca, Dominika Cibulkova, novena cabeza de serie. La rusa aparece como la gran favorita al título tras las eliminaciones ante los octavos de final de las tres primeras cabezas de serie, Serena Williams, Na Li y Agnieszka Radwanska, algo que nunca había ocurrido antes en un Grand Slam en la era Open.

Sin móvil Garbiñe Muguruza trata de aislarse del jaleo, o al menos su equipo técnico quiere que se concentre en el torneo, donde tiene la posibilidad de hacer algo grande, y para ello es importante controlar las emociones, desatadas tras el sonado triunfo ante Serena Williams. "No me dejen ni mirar el móvil. Es algo extraño. Solo puedo mandar mensajes a la familia, así que no sé lo que se está diciendo de mí porque solo leo el periódico oficial del torneo", comentó después de ganar por segunda vez este año a Anna Schmiedlova, un paso en su mejoría de los últimos meses, que le asegura que será cabeza de serie en Wimbledon a finales de este mes. "Estoy jugando a un nivel psicológico superior, fruto de la suma de partidos importantes. Desde Australia he mejorado muchas cosas", admitió Muguruza.

La vasco-venezolana siente que está ante una gran oportunidad, pese a la dificultad que supone ir pasando rondas en un Grand Slam, y por ello se confesó "muy motivada por saber que las cosas están saliendo bien y que la gente responde a ello". La mentalidad de Garbiñe Muguruza en estos días es claramente ambiciosa: "Siempre tienes que creer que tienes la posibilidad de ganar. Entrenas un montón pensando que tu sueño es ganar un Grand Slam. Aunque es difícil, creo que puedo ganarlo".