2 I. G. Vico

Gasteiz ?Irreductible un joven rubio se ataba a la sorpresa mientras el Labrit invocaba su nombre desde la grada una tarde de finales de mayo de 2011 con 25 grados en la calle y un ambiente veraniego que no acabó por descabalgar el partido. Despegados de los clavos de los asientos, el público de la plaza iruindarra coreaba el nombre de uno de los suyos, de Mikel Idoate, hijo de La Txantrea, quien acababa de morir en la orilla de las semifinales del Manomanista ante Yves Xala, un superclase, uno de los grandes. El joven imperturbable, de defensa increíble y batalla en los pulmones, desgañitaba su físico aun sin dominar el encuentro, aun remando contracorriente ante un genio, que más tarde se hizo con la txapela del Manomanista en un alarde visceral en el Bizkaia de Bilbao. Cayó Idoate 22-19 en su primer campeonato y en sus primeras semifinales del torneo de mayor entidad del panorama. Y el respetable le jaleaba al final. El resultado era papel mojado ante el desembarco ilusionante del navarro. “Iba ganando y casi me dio la vuelta”, recuerda el de Lekuine. Tuvo que vaciarse. “Con un pelotari como Mikel, que empieza y acaba muy fuerte los partidos, hay que estar muy preparado. Es un pelotari muy físico”, manifiesta.

Muy lejos queda ya esa historia, porque han pasado ya dos Manomanistas desde entonces. Idoate se ganó un nombre en la cancha y todavía lo luce, como Yves, cuya zurda, una vez entrenado el lunes, ya no supone un quebradero de cabeza y está al cien por cien para el enfrentamiento de mañana en el Ogueta de Gasteiz. “Entrené aquí el lunes, acabé muy bien y para el viernes estaré bien. Entrenando metí mucho más taco para proteger la izquierda más que en el partido, que nos gusta jugar con lo menos posible. Jugaré con los tacos de siempre y la mano aguantará”, define el lapurtarra, cuyo aplazamiento se debió a los problemas que iba arrastrando desde el Parejas. “He hecho masaje y he calentado bien las manos. Yo siempre recupero así. Todos los días caliento la mano suave, suave. Es la mejor solución”, analiza Yves. Y es que, con las capacidades de Idoate en la otra orilla, la necesidad obliga a estar al cien por cien: “Tendré que sufrir”. “Tiene una volea buena para defender y para atacar, además con la derecha quita muy bien. Es un pelotari muy difícil de ganar. Será un duelo físico, pero también táctico. Tendré que salir concentrado”, determina el lekuindarra, que no tuvo problemas para seleccionar material.

Sin embargo, el txantrearra no quedó del todo contento. “Sus pelotas tienen más bote y ha habido una que me ha parecido bastante viva. Ya veremos el viernes si es excesiva o no. Ha botado antes del siete y ha llegado hasta el diez y medio”, afirma Idoate, cuya zurda también le ha dado problemas desde febrero. “Al principio me costó ponerme y no me encontraba bien”, confiesa. Desde las primeras semanas de febrero, Mikel tuvo que parar la actividad durante mes y medio, lo que le ha quitado tiempo para prepararse. No obstante, “prefería haber jugado el día que tenía que jugar porque mentalmente estaba preparado para esa fecha”, revela el de Asegarce, quien afirma que “te quita una de las pocas ventajas que puedes tener por entrar en cuartos, que el contrario lleve dos partidos, esté un poco cansado y un poco tocado, pero no hay excusas”. Así, Idoate dice no sentir presión: “La presión ya no existe, es lo que juego y al que le guste bien y al que no, pues nada. Lo que sirve es hacerlo bien cada día y entrenar lo mejor posible”. l