milán - Nuevo fracaso de Messina, que este verano dejará el CSKA tras consumar ayer la enésima catástrofe en la primera semifinal de la Final a Cuatro. Su equipo ganaba por quince puntos (55-40) a falta de poco más de diez minutos para la conclusión, pero los viejos fantasmas del conjunto ruso -los mismos que le han impedido conquistar el título durante las últimas temporadas- reaparecieron en el peor momento. El adinero conjunto del Ejército Rojo, en manos de un técnico que pierde prestigio a pasos agigantados y cuyo presupuesto ronda los 40 millones de euros, pagó cara su racanería en un último cuarto donde la conmovedora fe del Maccabi le permitió edificar un imposible. Comenzó el favorito a especular y a agotar las posesiones al ritmo más propio de una tortuga hasta verse castigado con todo merecimiento en un epílogo surrealista.
Con todo, el CSKA nunca debió dejar escapar una victoria que se le escurrió de las manos de forma cruel tras un infantil error de un experimentado jugador. Poco después de que un triple del renacido David Blu colocara un inquietante 67-66 en el marcador a falta de doce segundos, perdió infantilmente un balón Khryapa tras tocarle en la rodilla. El escurridizo Rice corrió raudo hacia el aro moscovita y, tras unos posibles pasos de salida, se mantuvo en el aire durante varios segundos para anotar una canasta espectacular gracias a un escorzo con el que evitó el posible tapón de Teodosic. Sobre la bocina, Weems -errático durante toda la
CSKA Teodosic (12), Weems (6), Vorontsevich (3), Khryapa (9), Sasha Kaun (14) -cinco inicial-, Micov (4), Fridzon (6), Aaron Jackson (2), Krstic (5) y Hines (6).
MACCABI Ohayon (7), Hickman (10), Pnini (-), Smith (7), Zizic (-) -cinco inicial-, Rice (13), Ingles (2), Tyus (10), Blu (15) y Schortsanitis (4).
Parciales 19-16, 19-14, 17-15, 12-23.
Árbitros Pukl, Jovcic y Ryzhyk. Sin eliminados.
Pabellón Mediolanum Forum.
tarde al igual que las restantes estrellas de un triste Messina- consumó el fracaso definitivo del CSKA al desperdiciar un triple. - O. San Martín