Belfast - "Es una Gran Vuelta, moderna y humana, porque elimina las subidas inútiles y mantiene los finales en alto, que son los importantes", anunció el responsable técnico Mauro Vegni durante la presentación de la 97ª edición del Giro de Italia, donde se aludió a la primera de las tres grandes vueltas del calendario como "la carrera más dura del mundo en el país más bello del mundo".

Lo cierto es que, teniendo en cuenta los quince principales puertos de cada una de las tres grandes rondas que anualmente celebra el ciclismo, el Giro es para 2014 la carrera con un mayor número de kilómetros de subida (239 por los 226 del Tour de Francia y los 174 de la Vuelta ), así como la que posee un mayor desnivel acumulado (17.021 metros, por los 14.348 del Tour y los 11.646 de la Vuelta). Humana o no, la cota, esa que tanto gustaba al homenajeado Marco Pantani con motivo del décimo aniversario de su muerte, sin duda, será determinante en la Corsa Rosa, donde despuntan tres nombres por encima del resto, los de los tres máximos candidatos a adjudicarse el triunfo en la ronda italiana: el colombiano Nairo Quintana, el catalán Joaquim Purito Rodríguez y el australiano Cadel Evans, puntas de lanza de un pelotón de 198 corredores que contará con la representación de cinco vascos: Mikel Landa, Koldo Fernández de Larrea, Jonathan Castroviejo, Igor Antón y Gorka Izaguirre.

Quintana, de 24 años, es de quien más se espera. Con su segunda plaza en su debut en 2013 en el Tour de Francia, el Giro es su objetivo más ambicioso para este curso. Acude con 24 días de competición en las piernas, después de ganar en San Luis y tras ser doblegado por Contador en la Tirreno-Adriático. Para Purito, de 34 primaveras, será la oportunidad de demostrar que es capaz de ganar una de las grandes, la ocasión de resarcirse del Giro perdido en 2012 en la crono final ante Ryder Hesjedal. Le avala su triunfo en la Volta a Catalunya y sus horas de entrenamiento en el Teide, a pesar de las caídas que le frenaron en Las Ardenas. En el caso de Evans, con 37 años, vive espoleado por su victoria en el Giro del Trentino, antesala de la ronda italiana. El tercer lugar firmado en la pasada edición es otro motivo del porqué de su candidatura. En este sentido, el también colombiano Rigoberto Urán, segundo en 2013, será otro de los nombres a tener en cuenta.

Para los vascos, Landa encara en el Astana su primer concurso en el Giro. Será, ante la ausencia del vigente campeón Vincenzo Nibali, el escudero de Michelle Scarponi, arrastrando un gran estado de forma tras conquistar en el Trentino su triunfo más encomiable y el primero de ámbito internacional. Fernández de Larrea buscará el remate del sprint en beneficio del Garmin Sharp, que presenta a Hesjedal y Daniel Martin como líderes. Mientras, Izaguirre y Antón debutan en una grande con el Movistar, en el que, con Castroviejo, tratarán de arropar a Quintana en el acercamiento del triunfo.

Nueve finales en alto La carrera arranca hoy y se estirará hasta el próximo 1 de junio, cuando bajará el telón en Trieste en lugar de en Milán. Parte desde Irlanda del Norte, en Belfast, con el aperitivo de una contrarreloj por equipos de 21,7 kilómetros. El amanecer de una prueba que contará con la friolera de nueve finales de etapa en alto. Asimismo, Belfast será salida y meta de la segunda etapa, mientras que la tercera tendrá su final en Dublín. Seguido, la caravana del Giro se desplazará, aprovechando el primer día de descanso (los otros serán el 19 y el 26 de mayo), al sur de Italia.

La contrarreloj por equipos y las tres siguientes etapas son llanas. Será en la quinta y en la sexta jornada cuando comenzarán a aparecer los desenlaces en alto, en Viggiano y Montecasino, respectivamente. No obstante, en la octava y novena se incrementará la exigencia con Montecopiolo y Sestola. Si bien, la dureza llegará tras cuatro etapas llanas, entre ellas, la crono de Barolo, en la duodécima etapa, con 46,4 kilómetros. Comenzará así la criba que hará destacar a los favoritos. Oropa (14ª), Montecampione (15ª), Val Martello (16ª), la hasta ahora inédita cima de Panarotta (18ª), la cronoescalada de 26,8 kilómetros al Monte Grappa (19ª) y el imponente Zoncolan (20ª) darán a conocer al nombre del vencedor. "Ese es el puerto más duro que vamos a subir en el Giro y es la etapa que más me gusta a mí", dice Quintana, sobre el coloso Zoncolan. Sin embargo, "el Giro hay que ganarlo desde Irlanda", advierte el colombiano, predispuesto a dar guerra como lo estaba siempre Marco Pantani, por ejemplo, en el santuario de Oropa, en los altos de Biella, donde firmó uno de los logros más lucidos de su carrera en 1999. Este Giro nace como diseñado para él, en su memoria, en honor al Pirata.