EIBAR - Acabó el Parejas David Merino con cierta pena. Tras cuatro meses de competición, el destino le ató con Titín III a un todo o nada asfaltado en el frontón de Arrigorriaga frente a los peligrosísimos Mikel Urrutikoetxea y Mikel Beroiz. Una moneda al aire. Y salió cruz. Catorce partidos después, el andar por la cuerda floja acabó en tragedia. "Pero lo que tiene la pelota es que a la semana siguiente tienes partido y se olvida todo", desvela el zaguero de Villar de Torre, un tallo de zurda elegante y prestaciones bien conocidas: físico, pundonor, clase y dos manos buenísimas que alumbran la txapela de 2012 del Parejas junto al delantero de Tricio.
En esta ocasión, la pelota tampoco para y alumbra una nueva oportunidad para él en el Manomanista. "No es partido oficial, pero como si lo fuera", cuenta Merino II. Su destino se ata el domingo al de Aritz Lasa, un delantero exquisito con la zurda, mágico en el saque-remate y campeón de Segunda en 2011, un hueso, en el Astelena de Eibar por un hueco en el torneo. "Después del Parejas ya empezamos a trabajar. Quizás la primera semana anduvimos algo más tranquilos y la siguiente tuve la mano justa, pero ya llevamos tres, cuatro o cinco entrenamientos hechos", confiesa el guardaespaldas riojano, quien explica que "es una modalidad a la que cuesta adaptarse, pero que me gusta mucho. Por ganas no será". La historia reciente de los zagueros en el Manomanista implica una huida hacia adelante tras un pasado glorioso. El último resquicio de guardaespaldas campeón lo guardan Patxi Ruiz en su salón de trofeos y Abel Barriola, el año de su doblete en 2002, hace ya doce cursos. Una eternidad, cuando las nuevas figuras en los cuadros largos ni siquiera imaginaban dónde iban a estar una década después. No en vano, en la actualidad, zagueros como Merino, Zabaleta o Albisu, llamados a tomar el timón de la zaga, están muy alejados de los días de gloria de sus congéneres de posición. "Depende del material, aunque más por la forma de jugar", esgrime David, quien cuenta que "sea con la pelota que sea, los delanteros van a usar el saque-remate. Porque tienen facilidad para ello y además suelen sacar bien, te buscan la pared y te meten en un lío".
"A mí siempre me ha gustado jugar el mano a mano, siempre ha sido una especialidad que se me ha dado bien", analiza el de Villar de Torre. En sus vitrinas destacan las txapelas del campeonato de España, la Copa del Rey y el Mundial sub'22. "Antes nos pasábamos gran parte del año jugando, pero en profesionales disputas un partido al año, o dos a lo sumo. Entonces, se hace más complicado el hecho de acostumbrarse a jugar. Se hace un poco raro al principio", define Merino II.
Aritz Lasa no es buen convidado para un duelo de estas características. David lo sabe. "Hay que ser agresivo e intentar acabar cuanto antes", dice, pero enfrente hay un artista al que "intentaré quitar el aire y que tenga que darle defensivamente". "Hay que alargar el partido", remacha el riojano. "Lasa es un delantero con un buen saque, que remata muy bien y que con el sotamano que tiene puede hacer mucho daño", argumenta el guardaespaldas, que el miércoles estuvo entrenando en el Astelena de Eibar y "vamos mejorando". "Acabé con buenas sensaciones", remata. Manos a la obra.