Derio - La que hoy comienza en Ordizia es la primera Vuelta al País Vasco sin el Equipo-Euskadi (o Euskaltel-Euskadi) en 20 años. En aquella, la primera, la de 1994, Agustín Sagasti estrenó el palmarés del proyecto que ha liderado Miguel Madariaga todo este tiempo. Fue un 8 de abril y mañana se cumplen dos décadas. Ni Mikel Aristi ni Víctor Etxebarria lo recuerdan. Nacieron en 1993, el año que se fundó el Euskadi, el equipo en el que corren ahora.

Hace unas semanas recorrieron Euskadi para, como dijo su director Gorka Gerrikagoitia, recordar que el equipo sigue aquí.

Mikel Aristi : Recorrimos Euskadi y estuvimos con gente importante de las tres provincias que nos dieron su apoyo. Pero lo que más nos llenó fue que nos saludaran con el puño en alto y nos animaran cuando pasábamos por los pueblos.

Víctor Etxebarria: Eso fue lo que nos dio fuerza y ánimo.

Aquellos tres días de viaje por Euskadi acababan en el santuario de Arantzazu. ¿Saben lo que representa ese lugar para el equipo?

M. A.: Sabemos que allí empezó todo el tema de la Fundación (Euskadi). Hemos visto alguna foto. Fue en 1993. En invierno. Yo apenas acababa de nacer. Soy de ese año, del mes mayo.

V. E.: Yo de marzo y, claro, todo aquello nos pilla muy lejos. Algo hemos oído y algo nos han contado. Miguel (Madariaga) debió empezar en el ciclismo como taxista y le gustaba tanto el mundillo que se le metió en la cabeza crear un equipo en Euskadi. Me han dicho que siempre decía que tenía que sacar a los chavales adelante, que había que dar una oportunidad a toda la cantidad de ciclistas que había en Euskadi.

M. A.: Parece que Miguel arriesgó mucho para ello y que le salió bien porque pudo salir adelante. La mejor prueba es que hoy estamos aquí.

El 8 de abril de 1994 (mañana se cumplen 20 años) logró Agustín Sagasti la primera victoria del Equipo Euskadi. Fue en la Vuelta al País Vasco.

M. A.: Algo me suena de eso, pero nos queda muy lejos. Éramos unos bebés. Lo que sé es de haber leído o oído, pero son cosas de hace muchos años.

V. E.: Lo que me imagino es que sería la leche para el equipo. Supongo que debió ser un empujón moral impresionante para ellos. Debieron pensar ese día que todo lo que habían sufrido para llegar hasta ahí había merecido la pena.

M. A.: En ese equipo había corredores jóvenes que tuvieron una oportunidad y luego hicieron grandes carreras. Estaba Laiseka, que ganó una etapa en el Tour, pero eso tampoco lo vi ni lo recuerdo porque era aún muy joven.

¿Cuál es el primer recuerdo que tienen del Equipo Euskadi.

V. E.: Es ya con Euskaltel. No recuerdo el año, pero iban de azul y un número de teléfono en el maillot. Pero al Euskadi, con este maillot, no lo he visto.

M. A.: Ni yo.

V. E.: La primera imagen de una bicicleta que me viene a la cabeza es con mi padre en la plaza del pueblo quitándome los ruedines y enseñándome a andar.

M. A.: Las rueditas me duraban a mí una semana y media, hasta que las rompía. Y aita me las cambiaba hasta que a la tercera vez consecutiva me dijo: "Mira chaval, eres un crío todavía pero ya puedes empezar a andar con dos ruedas que no me da para volver a arreglártelas". Aprendí en el patio de la ikastola. Aquello era un juego.

¿Cuándo dejó de serlo?

V. E.: En juveniles empieza a ponerse serio.

M. A.: Es cuando empiezas a saber un poco qué es lo que te gusta y a decidirte. Es también la época en la que se empieza a salir de fiesta, tus amigos van por ahí y tú te quedas en casa porque has elegido otra cosa, la bicicleta en este caso, y prefieres ir a entrenar al día siguiente.

¿Quiénes son sus primeros referentes?

V. E.: Siendo navarro, en mi casa siempre se le ha querido mucho a Indurain. Salías a andar en bici y todo el mundo te decía a ver si llegabas a ser como él.

M. A.: De niño tengo más recuerdo de Indurain, aunque no le viese correr, que de Olano, por ejemplo. Pero en realidad, de lo que más recuerdo tengo es de Euskaltel. Son imágenes muy recientes. Tenía diez años cuando Mayo y Zubeldia estuvieron bien en el Tour. De eso sí me acuerdo bien.

V. A.: Y de Samuel, de Antón... Estuve una vez en el Tour. No recuerdo el año. Aquel en el que anduvieron Rasmussen y Contador (2007).

M. A.: Yo nunca he estado en el Tour. He visto la Vuelta a España, la Vuelta al País Vasco, la Euskal Bizikleta cuando llegaba a Bergara, pero el Tour, no.

V. A.: Yo recuerdo mucho más la carrera de casa, en Estella (el ahora Gran Premio Miguel Indurain). Salíamos a la plaza y andábamos entre los coches de equipo. La semana anterior pasábamos todos los días por los hoteles a ver cuándo llegaban los corredores. Tengo algún trofeo: una gorra de Purito, otra de Dani Moreno y otra de Wegmann, de cuando ganó en Estella.

Cuando nació, el Euskadi era un equipo humilde que soñaba con correr el Tour.

M. A.: Nosotros también soñamos con cosas.

V. E.: La ilusión que te empuja es la de saber que esto puede ir para adelante.

M. A.: Queremos seguir creciendo, correr cada vez carreras más importante y, por qué no, llegar hasta donde llegó aquella vez el equipo.

Eso supone correr el Tour.

V. E.: Solo correr una grande, salir, sería la leche. El Tour, ni te cuento.

M. A.: Yo soy más de ponerme objetivos a corto plazo. Quiero que esto continúe y que la situación económica mejore para poder seguir creciendo con el equipo hasta... Bueno, igual sí, hasta correr una grande o una gran clásica.

Les ha tocado vivir la peor época.

M. A.: Es verdad que estamos en una situación muy dura. Desaparecen los equipos, las carreras mueren o pierden días. Hay muchos ciclistas y pocos equipos. Pero nosotros solo podemos hacer lo que está en nuestra mano, que es trabajar, entrenar y luchar por ganar.

V. E.: Como lo fue en 1993 para Laiseka, Sagasti, Cuesta y todos aquellos, esto para nosotros también es una oportunidad. El Euskadi nos ha abierto la puerta a un camino que nosotros tenemos que recorrer. Si no se nos hubiese abierto esa puerta, habría sido imposible para nosotros empezar este camino.