Herning. La selección española de balonmano comienza hoy (20:30) la segunda fase del Europeo de Dinamarca con un duelo ante el conjunto anfitrión que afrontará con la tranquilidad de saber que el resultado no será crucial para sus aspiraciones de acceder a las semifinales. Todo lo contrario que el conjunto danés, que desde que se conoció la configuración de los grupos tiene en mente este partido, ansioso por tomarse la revancha de la contundente derrota (35-19) encajada el pasado año ante España en la final del Mundial.
De la presión se librará el conjunto español, que con los cuatro puntos logrados en la primera fase se aseguraría matemáticamente la clasificación para las semifinales si logra vencer el lunes a Austria y el miércoles a Macedonia, dos rivales, a priori, inferiores.
No obstante, como advirtió el lateral Jorge Maqueda, la selección que entrena Manolo Cadenas no está dispuesta a "regalar" los dos puntos a Dinamarca, en un choque en el que tratará de refrendar las buenas sensaciones dejadas ante Islandia. Esa buena imagen sólo se vio ensombrecida por los problemas de definición que mostró el conjunto español, que falló tres penaltis, cuatro contragolpes y disparó hasta en siete ocasiones a los palos. España no se podrá permitir esos fallos si quiere tener alguna opción de victoria ante Dinamarca, que no sólo castiga con un veloz contragolpe cada mínimo error del rival, sino que cuenta además bajo palos con uno de los mejores porteros del mundo, Niklas Landin. Pero Landin no será el único problema al que se enfrentará el conjunto español, que tendrá mañana enfrente a un equipo físicamente muy fresco gracias a las numerosas rotaciones efectuadas por el técnico Ulrik Wilbek durante la primera fase, aprovechando su tremenda superioridad sobre sus rivales.
Un lujo que España, obligada a remontar ante Noruega e Islandia, no se ha podido permitir, lo que ha propiciado que jugadores clave como Maqueda, Cañellas o Entrerríos acumulen más minutos de los aconsejables a esta altura de torneo. Esa circunstancia también se repite en el caso de la superestrella danesa Mikkel Hansen.