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LE entra a Ladis Galarza (Baraibar, 12-V-1960) una pequeña risa cuando recuerda a Julián Retegi. El que fuera zaguero estrella, al que muchos ven como un referente histórico para los jóvenes que juegan en su puesto, no puede evitar lanzar una pequeña risa, de medio lado, de costado, como jugaba él dentro del Cuatro y Medio. Es una risa tímida y casi inaudible, pero allí está. Y cuenta que "toda mi vida deportiva me tocó contra él". Es verdad. Siete fueron las veces que se cruzaron en la final del Manomanista y otras dos dentro de la jaula, que nació con ellos mandando. Solamente pudo ganarle en dos ocasiones en una final y fueron las consecutivas del 91 y el 92 en el mano a mano. Fue el golpe que necesitaba el habilidoso Ladis. Seguro que en aquellos años las derrotas dolieron, pero ahora le sale una sonrisa. Aun así, en las vitrinas de su casa aún reposan los dos cetros del mano a mano y la txapela del Cuatro y Medio de 1993 que ganó contra Patxi Eugi en Bergara. La competición oficial en el acotado, que se había parado durante treinta años, del 58 al 88, resurgió en el 89 y tuvo que esperar cinco ediciones para ver al primer zaguero de la era moderna en ganar una txapela. Antes, en el 54, el elegante zaguero de Elduain Miguel Soroa había sido el primer guardaespaldas de la historia que lució en la distancia, ganó en el Astelena a Ogueta por 22-14 y dejó en la cuneta en semifinales a uno de los grandes pelotaris vizcainos de la historia, José Luis Akarregi, campeón en curso del acotado y que comenzó su carrera en la zaga y la acabó en los cuadros alegres. El año anterior, el primero del acotado, el lekeitiarra derrumbó a Bolinaga en un partido de los que hacen afición por un apretado 22-21.
Recuerda Galarza III con cariño la competición. "En el Cuatro y Medio jugué muchos partidos, disputé muchos amistosos cuando era jovencito. Luego, en el 89 se empieza a jugar el torneo oficial", relata el exprofesional de Baraibar, quien analiza que "tengo recuerdos muy buenos de la competición". Echa la vista atrás Ladis para recordar cómo era dentro de la cancha cuando la barrera psicológica del bote se situaba entre el cuadro cuarto y el cinco. "Era una distancia que me iba muy bien a mi forma de jugar. Tenía dos manos buenas, cortaba la pelota con bastante violencia y me movía muy bien dentro del frontón", explica el de Baraibar. Aun así, hincó la rodilla en dos ocasiones, las dos frente a Retegi II, en la disputa por el cetro antes de alcanzar la gloria de la jaula. Fue el primer guardaespaldas en hacerlo después de remozar la competición. Galarza III era un manista elegante y con mucho toque, capaz de castigar a bote a delanteros de nombres estelares. "He llegado a jugar dentro del Cuatro y Medio contra Oreja III, Retegi I, Ladutxe, Retegi II, Alustiza, Unanue, Titín III... He jugado contra muchos", comenta Ladis, quien agrega que "estuve 21 años de profesional y me tocó una remesa de pelotaris de los de antes, que jugaban mucho a pelota". Entre ellos, recuerda con gran frescura a uno de los grandes, el primero de la saga Retegi, Juan Ignacio. "A mí me sorprendió mucho Retegi I, que en el Cuatro y Medio jugaba un montón. Parece que la gente entra ahora de aire, pero si vieran cómo jugaba... Él no daba un paso para atrás y era muy violento. Tenía una volea y un gancho impresionante. Aquel no dejaba botar a la pelota", espeta.
Ladis Galarza fue el primero de todos los zagueros en dar el paso hacia delante, pero la historia no contempla buenos resultados para los pelotaris que se manejan todo el año en los cuadros largos. En la era moderna, solo Ladis, Fernando Arretxe -que comenzó de zaguero y terminó como delantero- y Abel Barriola han sido capaces de levantar el cetro de la jaula. Es coto casi privado de delanteros. Y de la victoria del leitzarra hace más de una década. "Ahora hay una generación buenísima de delanteros y parece que no hay zagueros que rindan tan bien dentro de la distancia, pero eso no quiere decir que el zaguero tenga inconvenientes para jugar dentro del Cuatro y Medio. Depende de las posturas", declara el campeón de Baraibar y agrega que "he visto a zagueros que han jugado muy bien dentro del Cuatro y Medio. Ahí tienes a Barriola, a Arretxe, a Patxi Ruiz... Eso depende sobre todo de las posturas que tenga el pelotari y de sus condiciones. Hay pelotaris que juegan de abajo hacia arriba y andan peor. Sin embargo, el pelotari que tiene dos buenas manos y le pega de costado puede hacer mucho daño dentro del Cuatro y Medio". Admite el navarro que "para el delantero es más fácil adaptarse a jugar ahí delante". "Si le das mucha violencia a la pelota a bote puedes poner muy incómodo al que entra de aire, pero si tienes aire tienes ventaja. Los de ahora juegan mucho a bote y de aire. De todos modos, el material ha cambiado y ahora tiene más salida de frontis y así el pelotari va para adelante". "Fíjese, Eugi, que jugaba a bote, siempre ganó a Titín III en el Cuatro y Medio y sin embargo en parejas le daba muchos problemas", admite.
Fue precisamente el agoizko quien hincó la rodilla hace veinte años contra Galarza III. "Tengo un recuerdo muy bonito de aquella txapela", sostiene Ladis. Hasta 1993, Retegi II casi tenía el monopolio de la distancia: tres cetros consecutivos, los dos primeros contra el de Baraibar y el tercero ante Eugi; después el ahora botillero de Irujo tumbó a Errasti en su segunda final consecutiva. "La nuestra fue en Bergara, aún lo recuerdo", dice Galarza, quien relata que por entonces "Eugi ya era un pelotari grande dentro del Cuatro y Medio". Pero le ganó "fácil". "Pensaba que iba a tener un partido más complicado, pero le gané bien. Estaba con juego", evoca. Fue un 22-7 hace veinte cursos.
consejos para irujo Cuando parece que Aimar Olaizola le ha tomado la medida a Juan Martínez de Irujo en las finales, Galarza recuerda aquellos domingos en los que su gran rival, Retegi, le ganó. "Perdí dos finales, pero le gané un partido amistoso en Gasteiz una vez", rememora. Por eso aconseja al iberoarra: "Siempre tienes esa cosa de que te ha ganado las anteriores finales, pero a Irujo no se le va a ir el partido por eso. Quizás por eso salga con más rabia o con más ganas a por la victoria. No quiere decir que vaya a ganar o a perder, pero ha tocado así. Considero que está el partido más bonito que nunca".
Por ahora, en las siete veces que se han encontrado por una txapela en soledad, en cinco ocasiones ha ganado Olaizola II y en dos el pelotari de Ibero. "Todos los partidos son distintos y todos los tantos son distintos, no se puede predecir qué va a ocurrir. Hay que olvidarse de lo anterior. Eso ya es historia. Eso no vale para nada. Es el momento y cada uno tiene el suyo. Esto no son matemáticas y todo cambia. Sabe Juan que tiene que olvidarse de lo anterior y tirar para adelante. Aimar también lo sabe", concluye el zaguero de Baraibar.