Duración: 56 minutos de juego; 10 minutos de juego real.

Saques: 6 de Olaizola II (tantos 3, 4, 7, 8, 16 y 18) y 2 de Ezkurdia (tantos 13 y 15).

Faltas de saque: 3 de Olaizola II.

Pasas del Cuatro y Medio: Ninguna.

Pelotazos: 251 pelotazos a buena.

Tantos en juego: 10 de Olaizola II y 9 de Ezkurdia.

Errores: 4 de Olaizola II y 6 de Ezkurdia.

Marcador: 1-0, 1-1, 2-2, 4-3, 5-3, 6-4, 10-5, 11-9, 11-10, 12-10, 14-11, 15-11, 16-12, 16-13, 17-18 y 22-18.

Botilleros: Ejercieron de botilleros Asier Olaizola (con Aimar Olaizola) y Mattin Ezkurdia (con su hermano Joseba Ezkurdia).

Incidencias: Partido correspondiente a la liguilla de cuartos de final del grupo 1 del Cuatro y Medio de Primera de la LEP.M disputado en el frontón Beotibar de Tolosa. Buena entrada.

tolosa. Acorralado Aimar Olaizola en el Beotibar de Tolosa, salvó un partido imposible, cuando las cosas pintaban negras no, negrísimas, y Joseba Ezkurdia manejaba bien los tiempos del encuentro manteniendo al actual campeón a mucha distancia del frontis. Sin posibilidad de pegar dentelladas a diestro y siniestro. A base de velocidad quedó Olaizola varado en el tanto 16 y el voleísta de Arbizu volviéndose cada vez más grande, más gigante, más entero. Sin embargo, con el 16-18, Aimar se revolvió y Joseba no culminó. Regaló demasiado el de Aspe al campeón a pesar de tenerle contra las cuerdas, a pesar de golpear como un martillo las ajadas esperanzas del goizuetarra de salir con vida por obra y gracia de los problemas en abductor izquierdo. Insufló vida en el match ball e in extremis Olaizola sobrevivió a la contienda. Regalándose una caza mayor, las semifinales, en un envite de cemento, con más intensidad que brillantez, en el que los dos pelotaris no estuvieron en su mejor versión, regalando demasiado -como las tres faltas de Aimar-. Aun así, Ezkurdia dio mejores síntomas que su contrincante, pero su miedo a volar dio alas a un Aimar con la zurda secuestrada por la violencia del de Arbizu e indolente con la derecha. Sin embargo, a un manista de la talla de Olaizola II le sirvió ayer con ciertas dosis de clarividencia defensiva así como con las pelotas cruzadas para poner velocidad crucero y vencer batallas después de que cualquiera ya le daba por desahuciado. Pero Aimar es Aimar. Es el campeón.

Desde los primeros compases del partido, el de Goizueta se tocaba el abductor izquierdo, después de saltar a la cancha con un vendaje especial. Penado por ello y el miedo, los desplazamientos a la pared y al ancho le incomodaron. De todos modos, la facilidad de conectar el saque-remate y las dificultades de Ezkurdia de levantar los saques pusieron a Aimar Olaizola con el viento a favor demasiado pronto: 10-4 con una tacada de siete tantos casi de salida. Ya por entonces, los gestos de Olaizola denotaban dudas y molestias. La pierna le molestaba y no le dejaba actuar del todo cómodo.

El voleísta de Arbizu, por su parte, volvió a asomar desde las cenizas como hizo contra Xala y esquivó la izquierda de Aimar para igualar las fuerzas. Violento y volcánico, Ezkurdia solo sufría con las pelotas cruzadas, así que siempre que podía superaba a Aimar y le ponía en el cinco a pelotear con la izquierda, eliminando su gancho.

Con el aliento en la nuca, el campeón ejerció. Se fue del 10-9 al 14-10 y al 16-11. Una brecha enorme. A cada minuto las dudas crecieron en el gigante de Goizueta y Ezkurdia se puso morado: metió dos saques y se vino arriba. Le duró la gasolina hasta el 17-18. Después, tras un tanto de inflexión de 24 pelotazos que cayó colorado, Ezkurdia erró lo suficiente para que Aimar le condenara. Pero fue por un suspiro.