Si partimos de la premisa de que el Baskonia es un equipo en construcción, muy joven, formado con jugadores sin tanto pedigrí como hace unos años y sin la capacidad de maniobra de otros equipos como los trasatlánticos Madrid, Barça, CSKA o Fenerbahçe, podremos tener una visión más objetiva de lo que realmente le podemos pedir y esperar de él. Si pensamos que si no llega a la Final Four o no juega las finales de los títulos domésticos es un fracaso, no podremos analizar de forma objetiva el valor y la progresión de este grupo. El aficionado debe dejar a un lado la época donde ver al Laboral Kutxa en la Final Four era habitual. Y también aquella en la que los visitantes del Buesa eran triturados y arrollados por una apisonadora de buen basket. Todos esos recuerdos son el pasado y ahora hay que enfrentarse de la mejor manera posible al presente. La primera parte con la que nos deleitó el equipo no la vi en ningún partido de la temporada pasada. Presión y subida de líneas en toda la cancha tras canasta anotada o tras tiempo muerto; unas muy buenas rotaciones de los interiores con ayudas largas de los exteriores tras los pick and roll del Maccabi; ejecución de diferentes formas de defender el 2c2 dependiendo quién lo ejecutaba y en qué parte de la cancha; intensidad en todas las acciones y ritmo trepidante (diferencia notable en actividad entre los pívots de este año y los del pasado. Pleiss parece otro y Hamilton no se queja y sigue trabajando aunque le peguen hasta en el carné); rapidez en la traslación de defensa a ataque con muchas situaciones de superioridad numérica; utilización de la escuadra y el cartabón en ataque para abrir mayores ángulos de pase; jugadores comprometidos y con las ideas claras de lo que se les pide; un banquillo celebrando las canastas como si fueran las últimas; un Sergio Scariolo moviendo bien el banquillo y demostrando que tenía bien estudiado las asignaciones defensivas y las rotaciones. En definitiva, un gran primer tiempo ante un equipo mucho mejor de lo que demostró pero que estuvo bien maniatado. En la segunda parte, debido a la juventud y falta de experiencia de algunos jugadores en este tipo de partidos, las cosas se igualaron e incluso la victoria se vio en peligro. Los contrarios también juegan y hablamos de la Euroliga y del Maccabi. Este triunfo seguro que le va a venir muy bien al equipo para confiar y reafirmar el trabajo diario. Si sigue en esta línea de trabajo, la afición rápidamente se va a identificar con él. Este año estamos bastante más cerca del Carácter Baskonia que en los últimos dos. Ahora, a pensar de nuevo en la Liga.